La ONU abraza el nuevo "multilateralismo" de Estados Unidos

EFE 11/03/2009 00:00

Obama se reunió este martes por primera vez con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien viajó hasta Washington para, entre otros temas, buscar el apoyo de Estados Unidos en la grave crisis de Sudán.

Y lo logró. Al término de la reunión, Obama calificó de inaceptable la gravedad de la crisis de Darfur y, juntos, apelaron al Gobierno sudanés para que permita el regreso de las organizaciones humanitarias expulsadas.

De lo contrario, la crisis alcanzará unas "dimensiones grandiosas", dijo el presidente estadounidense.

Ban Ki-moon, quien señaló que el 2009 será "un año decisivo" para la ONU, y tras declarar su admiración por el "liderazgo visionario" de Obama, le pidió ayuda para trabajar juntos en asuntos como las crisis humanitarias y la recesión económica, así como en frenar el cambio climático.

En la reunión, los dos dirigentes hablaron además de Afganistán, donde Estados Unidos tiene previsto enviar unos 17.000 soldados en la próxima primavera, sobre el cambio climático, uno de los aspectos en los que el nuevo Gobierno estadounidense se ha reconciliado con la ONU.

El organismo internacional y Estados Unidos, su principal contribuyente, viven ahora una etapa dulce, tras las tiranteces que sufrieron en sus relaciones después de la invasión de Irak, una acción militar que nunca autorizó el Consejo de Seguridad de la ONU.

Superada la brecha que abrió esta acción militar, Obama quiso dejar claro hoy que su política internacional estará guiada por el consenso y la colaboración.

"Pienso que las Naciones Unidas pueden ser un socio extraordinariamente constructivo, y muy importante, para llevar la paz y la estabilidad a los pueblos de todo el mundo", mencionó este martes Obama.

Esta es la primera ocasión en que los dos líderes se reúnen desde que Obama tomó posesión del cargo, el pasado 20 de enero, si bien ambos coincidieron en un vuelo a Nueva York en febrero del 2007, cuando el entonces senador de Illinois acababa de anunciar su candidatura presidencial, y el surcoreano recién sustituía a Kofi Annan en la ONU.

Tras las distensiones vividas hace unos años, ahora el Gobierno de Barack Obama ve a la ONU, radicada en Nueva York, como un "vehículo para avanzar en la mejora de nuestra seguridad nacional y para lograr nuestros objetivos de política exterior", afirmó hace unos días la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Susan Rice.

La diplomática, quien se sienta en las reuniones del Gobierno de Obama, participó hoy también en el encuentro.

El organismo internacional está condenado a tener una buena relación con Estados Unidos, un país que no solo es el anfitrión de la ONU sino también su principal contribuyente, pues aporta la cuarta parte de los 4.860 millones de dólares a que asciende su presupuesto anual.

Estados Unidos tiene, además, un enorme peso en el Consejo de Seguridad, donde es miembro permanente con derecho a veto, lo que le otorga una gran capacidad de influencia en las políticas de la ONU, así como en los nombramientos de los principales departamentos y agencias del organismo.

La elección de Ban Ki-moon como sucesor del ghanés Kofi Annan fue bien vista por el Gobierno de George W. Bush, dado el perfil poco beligerante y cooperante del surcoreano.

Ban Ki-Moon llegó hoy a Washington por invitación de Obama. En sus tres días de estancia tiene previsto reunirse también con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, con quien coincidió la semana pasada en la conferencia de reconstrucción de Gaza en Sharm El-Sheij, en Egipto, así como con líderes del Congreso.

En la reunión de este martes, los dos líderes hablaron también de la grave crisis económica que vive el planeta, "que no está afectando solo a las naciones desarrolladas", y que requiere de la coordinación internacional para evitar "la potencial amenaza al suministro de alimentos", dijo Obama.

También hablaron de Haití. Precisamente, Ban llegó a Washington procedente de este país, a donde viajó junto al ex presidente Bill Clinton para apoyar el plan económico del presidente René Préval.