Felipe González se los brinda, pero a su manera: "En estos momentos en los que nos da la 'depre', porque las cosas van mal, José Luis, y nos da la 'depre' colectiva", apunta el ex presidente, "le quiero decir a este partido que es uno de los momentos menos malos que hemos vivido de nuestra historia y con más espectativas". El aludido le responde, también a su manera. "Por cierto Felipe, de 'depre', nada, no estamos nada deprimidos los socialistas. Estamos con toda la fuerza y todas las ganas". El mensaje, tan optimista como tajante. Una imagen bien distinta del abatimiento aparente de hace tan sólo unas semanas.
Política de base
La dirección socialista, como una piña, hace suya la proclama. Si no hay confianza dentro, como para transmitirla fuera. ¿Y la militancia? ¿Cómo lo están pasando los afiliados de base, los que mantienen un contacto más directo con sus vecinos? Para comprobarlo, acudimos a un encuentro en la agrupación socialista de Azuqueca de Henares (Guadalajara). Una docena de militantes de todas las edades debaten sobre la situación actual, sobre la crisis, sobre las medidas de ajuste, sobre el panorama para las próximas elecciones... Las encuestas no son nada buenas. En las europeas ya bajó el PSOE en el municipio tres puntos. Si los sondeos se cumplen, podrían perder la alcaldía (en coalición con Izquierda Unida), el Gobierno de Castilla-La Mancha y abandonar La Moncloa. Un panorama poco prometedor.
Las caras de circunstancias rodean la mesa. "Es evidente que las cosas están difíciles", comienza hablando Pablo Bellido, el joven alcalde. "Las medidas van a tener un coste. Son valientes y están pensadas más en el país que en el futuro del partido. Pero eso no significa que haya otras medidas, como las que ha aplicado José María Barreda en Castilla-La Mancha: reducir consejerías. Sería interesante tomar medidas así, para que la ciudadanía compruebe que la crisis no sólo la pagan los mismos". "Nuestros vecinos están notando la crisis", apunta Julio, "pero tenemos que confiar en que las medidas van a dar sus frutos". Y, a partir de ahí, arranca un debate largo, profundo. Donde se pasa de la rotonda en obras al lado de la sede a Estados Unidos o Europa. Donde se mezcla fiscalidad, con medios de comunicación; tantos por ciento con solidaridad.
"Fallamos en la información"
Con poca autocrítica pero en el que se reconocen sin tapujos los errores: "Fallamos en la información", dice uno. "No sé si los vecinos van a discernir entre lo que hacemos nosotros por responsabilidad y lo que haría el PP si gobernase; es más, lo que está haciendo donde gobierna", comenta otra. "No nos sentimos apoyados por otras fuerzas políticas, pero nosotros tenemos que seguir trabajando", sentencia una tercera. No en vano, los populares se colocan en el centro de sus críticas. "En vez de ayudar ponen trabas", "se echa de menos el apoyo como en otros países europeos", "su actitud es lacerante"... Pero también animan a que su líder tome otras medidas. A la reducción de consejerías que ha apuntado el alcalde y otros afiliados se suman otras, como luchar contra el fraude fiscal o subir los impuestos a los que más tienen.
El más veterano de todos da la clave. Es José, un jubilado al que no le importaría quitarse una parte de su pensión para ayudar a pagar los servicios públicos, a que el vecino sin trabajo consiga un empleo. "Hemos pasado muchas crisis, Felipe González tuvo que hacer recortes más drásticos cuando llegó al Gobierno", recuerda, "pero se superará. Estamos preocupados, pero no deprimidos". Confían en que se saldrá de la crisis y se hará con un gobierno socialista. Y que los ciudadanos, a eso se aferran, sabrán apreciar el esfuerzo. Las urnas tendrán la respuesta. Y ellos, once meses para darle la vuelta a los sondeos si quieren que sus ilusiones se cumplan.
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