"Convocamos a los ciudadanos de nuestro país para que decidan el futuro de Cataluña". Con estas palabras anoche el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, arropado por todos sus consejeros anunció que habían aprobado el decreto del referéndum. En primera fila el expresident, Artur Mas, que también asistió al pleno más bronco vivido hasta la fecha en el Parlament.
Tras una jornada maratoniana de 16 horas y muy tensa, casi a las 10 de la noche y tras los continuos intentos de los grupos de la oposición de alargar el proceso, el Parlament aprobó la ley del referéndum con los votos de JxSí, de la CUP y del diputado no adscrito Germà Gordó, además de la abstención de SíQueEsPot, mientras que Cs, PSC y PP abandonaron el pleno sin votar.
Después, JxSí y la CUP volvieron a pedir una alteración del orden del día para constituir la Sindicatura Electoral de Cataluña de la que depende el funcionamiento del 1-O, que también se aprobó.
Cuando la jornada estaba a punto de terminar, mientras estaba reunida la Mesa, los independentistas pidieron que se admitiera a trámite la ley de transitoriedad jurídica. La Mesa la admitió a trámite. Está previsto que hoy se debata y vote.
La respuesta de Moncloa
Paralelamente en Moncloa, la maquinaria empezó a funcionar para parar, en palabras de la vicepresidenta la “patada a la democracia”. Así, Mariano Rajoy ha solicitado ya un informe urgente preceptivo al Consejo de Estado para recurrir la Ley del referéndum catalán. Para la jornada de hoy, el Gobierno ha convocado un nuevo Consejo de Ministros extraordinario.