El secuestro de Publio Cordón

INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS 24/02/2009 17:03

Esa mañana salió, como de costumbre, a correr. Después, solía volver a casa para desayunar pero no apareció por allí.

Extrañada, su esposa Pilar Muro decidió salir a su encuentro. Según llegó a declarar, en ese momento, se le pasó por la cabeza que podía ser víctima de un secuestro, por lo que dio la voz de alarma.

Dos días más tarde la familia recibió una llamada en la que los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) se atribuían el secuestro. Dos meses más tarde, en París, se hace efectivo el pago del rescate exigido.

Esperaban un secuestro breve

Su esposa declaró en varias ocasiones que esperaban que liberasen al empresario en unos días "pero no llegaba el momento". Para septiembre la Guardia Civil recibió una llamada en la que los GRAPO exigían una menor presión policial para su liberación.

El 3 de noviembre de 1995 la Policía entró en un piso de Barcelona y detuvo a dos de los presuntos autores del secuestro. Por desavenencias internas de los GRAPO o por presión policial, había algún motivo por el que no habían puesto en libertad a Publio.

A raíz de las detenciones en Barcelona, "tuve una corazonada de que ya se había acabado, de que no lo liberaban. Me resistía a reconocerlo, siempre esperas algo, en el fondo de mi corazón sabía que no íbamos a recuperar a Publio", confesaba Muro.

Las detenciones de los secuestradores

Enrique Cuadra Echeandía y Concepción González Rodríguez fueron detenidos en la Ciudad Condal, mientras que José Ortín, otro de los secuestradores, fue apresado en Valencia. La Sala de lo Penal les condenó a 86 años de prisión y a pagar 400 millones de pesetas a la familia de Publio Cordón.

Silva Sande fue detenido en París el 9 de noviembre de 2000, junto con Manuel Pérez Martínez (Camarada Arenas), María Victoria Gómez Méndez (que también custodiaba a Cordón), Isabel Llaquet Baldelllou, José Antonio Peña Quesada, José Luis Elipe López y Rosario Llobregat Moreno. Quedó así desarticulada la cúpula de la organización terrorista.

Hasta hace unos meses no se ha sabido nada más pero gracias a una confesión de Silva Sande, el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, ha decidido reabrir el caso. Ahora se busca su cadáver en el sureste de Francia. RSO