El Senado checo aprueba el Tratado de Lisboa

AGENCIA EFE 06/05/2009 15:04

Apenas una hora después de que la Cámara alta checa aprobara "in extremis" la ley de carácter constitucional sobre el documento, Klaus volvió a echar sombras sobre el tratado, al asegurar que su ratificación "no está en el orden del día".

Antes, indicó, esperará a ver si los parlamentarios opuestos al texto comunitario impugnan su aprobación ante el Tribunal Constitucional y, en ese caso, aguardará al dictamen de la corte.

Ya antes, el presidente Klaus había advertido de que sólo estamparía su rúbrica a la ratificación del Tratado de Lisboa después de la prevista repetición de un referéndum al respecto en Irlanda.

Pero no sólo el jefe del Estado está poniendo trabas al texto comunitario.

Así, en la votación de hoy en el Senado de Praga, con 79 de los 81 senadores presentes, sólo 54 legisladores lo hicieron a favor, frente a 20 que se opusieron y 5 que optaron por abstenerse.

De esa forma, se superó con un estrecho margen la mayoría cualificada de tres quintos (48 escaños) precisa para aprobar el documento.

El tratado fue apoyado por los socialdemócratas, el grupo mixto y doce legisladores del gobernante Partido Democrático Ciudadano (ODS), muchos más de los que se esperaba.

Una de las diputadas del ODS cumplió tras la votación su amenaza de abandonar el grupo parlamentario conservador, si el documento era respaldado por sus correligionarios.

Ya durante la aprobación del Tratado en el Congreso, el pasado febrero, se produjo una división interna en el ODS, hasta el punto de que uno de sus diputados votó en contra de su propio Gobierno en la moción de censura que hizo caer al Ejecutivo en marzo.

El propio Klaus ya había abandonado en diciembre la presidencia honorífica del partido que él creara en los años 90, precisamente por apartarse de los postulados liberales y de defensa a ultranza de los intereses nacionales.

La votación en el Senado checo estuvo precedida por la aprobación de un mecanismo legislativo que impide al Ejecutivo ceder competencias a Bruselas sin su consentimiento.

El propio líder del ODS y primer ministro saliente, Mirek Topolanek, hizo hoy una tímida defensa del documento comunitario: animó a sus senadores a respaldarlo, pero advirtió de que su entrada en vigor disminuirá el peso de Praga en las estructuras comunitarias.

"Con el tratado es más difícil defender nuestros intereses nacionales, pero, si no lo aprobamos, será imposible", resumió Topolanek.

El próximo viernes, la República Checa estrenará un nuevo Gobierno, después de que la caída del Ejecutivo de Topolanek, en plena Presidencia de la UE, añadiera aún más tensión a su accidentado semestre al frente de la agenda comunitaria.

Hasta el día de hoy, la República Checa era el único socio comunitario que no se había pronunciado sobre el tratado.

Pese al incierto futuro del Tratado del Lisboa, el vicepresidente del Gobierno para Asuntos Europeos, Alexander Vondra, aseguró que "se trata de un día importante para la República Checa, para su posición en influencia en el mundo".