En general, los festejos de los aficionados transcurrieron sin incidentes mayores, salvo en la ciudad de Klagenfurt, sede del partido entre Alemania y Polonia. La policía austríaca, en cooperación con agentes alemanes, detuvo por unas horas a 157 hinchas. La gran mayoría, 144, pertenecen a un grupo de alemanes que las autoridades vigilaban desde primera hora de la tarde.
Sólo procedieron al arresto cuando la situación comenzó a escalar, con los radicales alemanes gritando eslóganes filonazis, racistas y antisemitas (como, por ejemplo, "todos los polacos deben llevar una estrella amarilla"), por una calle de Klagenfurt. Allí fueron detenidos por una unidad especial de la policía de Viena (WEGA) y agentes de comandos de apoyo de Alemania. Además, los agentes detuvieron a diez polacos, dos austríacos y un esloveno.
Todos los detenidos han sido puestos en libertad tras pocas horas y sólo contra seis se hizo una denuncia para abrir un proceso penal. Pero, incluso a pesar de que dos policías resultaron heridos, las autoridades de Klagenfurt, capital del estado federado de Carintia, se mostraron relativamente satisfechas con la forma en que transcurrió la jornada.
En Viena sólo hubo 9 hinchas detenidos, básicamente por agresiones y resistencia a la autoridad del Estado.En pleno centro de la capital austríaca, la policía llegó a contabilizar 48.600 personas entre las 19:00 y 19:45 horas.
JNP