Hannah Burge, a sus 16 años, ya se ha inyectado botox dos veces más. En estas ocasiones ha sido su propia madre, Sarah, de 49 años, a quien llaman la 'Barbie humana' quien le ha puesto el botox en su propia casa. Sarah es esteticien y regenta varios récords de tratamientos cosméticos.
Sarah inyecta a su hija la mitad de botox que a un adulto. Con ello cree que es bastante para evitar que le salgan arrugas en el futuro. Hannah buscó información en Internet sobre los tratamientos para adolescentes. La mayoría de las chicas decían sentirse mejor tras ponerse el botox.
Hannah ha explicado que quería ponerse botox por dos razones: para evitar las arrugas y porque todo el mundo en el colegio hablaba de él". "Me salieron un par de líneas en la frente y alrededor de la boca y yo era infeliz", comenta Hannah, para quien la apariencia es importante".
Sarah Burge ha apoyado a su hija. La esteticien de Cambridge asegura que ella es experta en botox y utiliza para su hija el mismo botox que se pone ella. Asegura que prefiere saber todo lo que hace su hija y apoyarla a que se inyecte nada a sus espaldas. "Se que algunos padres se quedarán horrorizados al saber que Hannah lleva botos con mi consentimiento", pero así "evito que mi hija caiga en las manos de la publicidad engañosa", comenta. Además, "sería hipócrita decirle a mi hija que no se ponga botox".
Sahar se ha hecho más de 100 tratamientos de estética. Entre ellos, los implantes en las mejillas y el mentón, un estiramiento de la frente, la elevación superior del ojo, una liposucción en la mandíbula, mentón y cuello y tres liftings.
EBP