El Consejo de Seguridad de la ONU urge a las tribus y fuerzas de seguridad locales a "fortalecer su cooperación"

EUROPA PRESS 11/01/2014 01:21

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha condenado los ataques lanzados por el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL), vinculado a Al Qaeda, en las ciudades iraquíes de Ramadi y Faluya, y ha urgido a las tribus, líderes locales y fuerzas de seguridad a que "fortalecer su cooperación contra la violencia".

"El Consejo de Seguridad urge al pueblo de Irak, incluidas las tribus iraquíes, los líderes locales y las fuerzas de seguridad iraquíes en la provincia de Anbar, a que prosigan, expandan y fortalezcan su cooperación contra la violencia y el terror", incide el alto organismo de la ONU en su primera declaración presidencial del año.

En este sentido, el Consejo de Seguridad "deplora en sus más enérgicos términos" la ola de violencia que azota Ramadi y Faluya, y "condena los ataques que están siendo perpetrados por el socio de Al Qaeda, el ISIL, contra el pueblo de Irak, en un intento de desestabilizar el país y la región".

Destaca la "gran valentía" de las fuerzas de seguridad, las tribus y los policías locales a la hora de aplacar el avance de los combatientes suníes, y expresa su "fuerte respaldo a los esfuerzos continuados" del Gobierno de Irak para garantizar la seguridad de los civiles.

En esta tesitura, el Consejo de Seguridad de la ONU traslada su "preocupación" por la deriva violenta sobre la población iraquí y llama al "diálogo y la unidad" en la provincia de Anbar.

"Ningún acto terrorista puede revertir el camino hacia la paz, la democracia y la reconstrucción en Irak, que goza del apoyo del pueblo, del Gobierno de Irak y la comunidad internacional", indica el Consejo de Seguridad en la declaración.

TENSIONES SECTARIAS

Las tensiones entre el Gobierno del primer ministro chií, Nuri al Maliki, y la comunidad suní concluyeron con la represión de un campamento de protesta en Ramadi y la violenta detención de un prominente diputado suní, adalid de las manifestaciones contra el Ejecutivo en Anbar.

Tras un vacío de seguridad en Faluya y Ramadi a raíz de la rebelión de parte de las fuerzas de seguridad y tribales, los milicianos islamistas del ISIL se hicieron con el control de Faluya y de Ramadi, de forma parcial.

Desde el jueves, el Ejército iraquí, en colaboración con las fuerzas de seguridad y tribus locales que están de su lado, combaten al ISIL, que aún mantiene fuertes posiciones en ambas ciudades.

Los enfrentamientos armados y los intensos bombardeos lanzados por la aviación iraquí han provocado una ola de desplazados hacia localidades vecinas y las provincias aledañas de Nayaf y Karbala.

El origen de las tensiones sectarias, sin embargo, se remontan años atrás, con la subida al poder de Al Maliki. Los suníes denuncia que el Gobierno les aplica una política de discriminación que se expande hasta el ámbito de la Justicia, donde, dicen, no recibir igual trato.

La comunidad internacional ha expresado su gran preocupación por los acontecimientos que se están registrando en Faluya, a menos de 60 kilómetros de Bagdad, y en Ramadi, la capital de Anbar, que hace frontera con Siria y Jordania.