Veinticuatro horas después de dar a luz por cesárea a una niña, los servicios sociales se hacían cargo del bebé de un matrimonio con obesidad. Pero los asistentes han dado marcha atrás y el bebé ya está de nuevo en casa con los padres.
Los servicios sociales, que ya les habían quitado con anterioridad la custodia de dos de sus seis hijos, dicen ahora que no se rompe una familia solo por un problema de obesidad. Los padres se han comprometido a colaborar con los nutricionistas en la adecuada alimentación de su pequeño.
De los otros seis hermanos, dos padecen obesidad. Uno de ellos, con un año pesaba 25 kilos y otro pesaba más de 100 con 13.
La pareja, de 40 y 45 años, antes de perder la custodia de su bebé, ya había sido advertida en varias ocasiones de que tenía que controlar el peso de sus pequeños porque empezaba a ver problemas.