Las autoridades han advertido de una tercera tormenta, aunque más pequeña, a partir de este domingo o lunes, y eso agrava los presupuestos de varias localidades para la limpieza de carreteras.
En todo el área de Washington, el caos ha sido palpable: cierre del Gobierno federal por cuarto día consecutivo, clausura de clases y negocios, apagones, continua suspensión de algunos vuelos y reducción de servicios de transporte público y correos.
En la ciudad de Nueva York, 1,5 millones de estudiantes regresaron a clases, después de que el miércoles tuvieran su tercer día libre por la nieve en los últimos seis años.
En Virginia, se calcula que unas 11.000 personas permanecen sin fluido eléctrico, con lo que en los almacenes de bricolaje que sí han podido abrir se agota el inventario de palas, linternas y sal para derretir el hielo y la nieve.
Los aeropuertos reanudan sus actividades
Mientras, los aeropuertos de Dulles, Washington y Baltimore, y el de Filadelfia, han reanudado sus operaciones aunque con itinerarios muy reducidos.
El consenso de las autoridades es que es preferible quedarse en casa para dar paso en las carreteras a equipos de emergencia y camiones quitanieves.
Pérdidas millonarias
Por ahora, las autoridades consideran prematuro aventurar una cifra sobre las pérdidas económicas, pero sólo el Gobierno federal ha registrado unos 100 millones de dólares diarios en pérdida de productividad, según cálculos oficiales.
Muchos centros comerciales, ya afectados por la crisis económica, permanecen cerrados, aunque la tormenta ha supuesto una bonanza para centros de esquí y algunos restaurantes y, sobre todo, para contratistas privados que operan grúas y camiones quitanieves. RSO