El ministro ha clausurado hoy un congreso sobre internacionalización de la educación superior europea, organizado por la presidencia Española de la UE en la Universidad Complutense.
En el mismo, el rector Carlos Berzosa ha indicado que el EEES tiene controversias, polémicas y críticas, pero entre todos se avanza en su construcción, "admitiendo muchas veces que otros tienen razón sobre nuestras propuestas iniciales".
Gabilondo ha señalado que, de vez en cuando, conviene recordar que hay 33,3 millones de matriculados en enseñanzas superiores en los 46 países que conforman el EEES y 18,8 millones en la UE.
Este detalle "no es menor", ha recalcado, si bien ha matizado que su mención no debía entenderse como una desconsideración de las protestas contra el proceso de Bolonia ni como un dato estadístico para deslegitimar las posiciones de quienes encuentran dificultades en la convergencia universitaria europea.
"Con que uno solo estuviera disconforme, nosotros deberíamos escuchar atentamente sus razones", ha opinado.
El ministro ha pedido también que se escuche la voz de la Universidad y que ésta asuma un liderazgo en el diagnóstico y las propuestas que resuelvan los grandes problemas sociales y económicos del mundo, más allá de ocuparse de la futura empleabilidad de sus titulados y estudiantes.
"Apostar por el conocimiento y la formación es el único camino" y la universidad tiene un papel "decisivo", según Gabilondo, porque nada de esto va a ocurrir sin ella.
Ha advertido contra el aislamiento, ya que los retos de futuro no podrán ser afrontados de manera individual por ninguna universidad, ni siquiera por todo un sistema universitario nacional, sino que la modernización debe ir acompañada por la profundización en una red de relaciones internacionales para generar y transmitir conocimiento.
"Que el conocimiento retorne produciendo bienestar es responsabilidad social, no mercantilismo", ha querido precisar en este punto.
Ha defendido también fortalecer la raíces verdaderas del continente, la Europa de la cultura, la educación, las ciudades y las universidades, pues nada proporciona más cohesión territorial y social que éstas últimas, ha dicho.
Berzosa, a su vez, ha enfatizado que el bienestar social no es incompatible con la productividad, sino que se debe avanzar en el crecimiento económico y, simultáneamente, en la cohesión social, y la educación y la universidad son fundamentales para ello, también para la paz y la convivencia.
En relación con las crisis económico-financiera y el cuestionamiento del euro, con el que él fue crítico, ha entendido que volver atrás sería un desastre, así que ha pedido seguir adelante, pero reforzando la integración política y social.
Por último, el decano de la Facultad de Medicina, Ángel Nogales, ha explicado que la reforma de los planes de estudios de esta disciplina se basa en volver a su origen: aprender con el enfermo desde los primeros cursos, con prácticas y ejercicios éticos y profesionales.
También ha advertido contra el "riesgo de despersonalización" que supone la carencia de aspectos humanísticos y artísticos en algunos estudios superiores, pues la investigación y la innovación se enriquecen con las Humanidades.