En rueda de prensa en Jerusalén con su homólogo alemán, Guido Westerwelle, Lieberman declaró que su Gobierno intentó coordinar la salida con Naciones Unidas y Beirut, pero que la iniciativa fue "torpedeada por el Gobierno libanés y sus representantes de Hizbulá".
"Hace tiempo que se podía haber alcanzado un acuerdo trilateral entre Israel, El Líbano y la ONU, pero Hizbulá frustró la iniciativa, por lo que sugerí que alcanzasemos un acuerdo con la ONU en vez de esperar a los libaneses", indicó antes de manifestar su esperanza de que la retirada "sea aprobada en breve".
Según fuentes oficiales israelíes citadas por la prensa local, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tiene previsto informar sobre el plan mañana en Nueva York al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, en el marco de una visita de cinco días a Estados Unidos que comenzó hoy.
Con la retirada de las tropas israelíes de ese área de la aldea, Israel cumpliría con un requerimiento incluido en la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin a la guerra que libraron Israel y la milicia chií libanesa Hizbulá en el verano de 2006.
La medida ha sido analizada por funcionarios israelíes con destacados miembros de la Fuerza Provisional de la ONU para el Líbano (FINUL), en la que participan más de un millar de militares españoles y que lidera el general español Alberto Asarta, según las fuentes oficiales.
En la aldea de Ghajar residen 2.200 personas, que cuentan con nacionalidad diferente -israelí o libanesa- según en qué margen de la población se encuentren.
La localidad está ubicada en la conocida como "línea azul", la divisoria establecida por la ONU en 2000 para marcar la retirada israelí del sur del Líbano tras veintidós años de ocupación.
La "línea azul" está aceptada por las partes, aunque todavía hoy genera divergencias.
La verdadera demarcación de la frontera de Líbano con Siria e Israel es un asunto aún pendiente cuya resolución reclama la ONU a los países involucrados.