Medio centenar de civiles mueren en un ataque aéreo de la OTAN en Afganistán

INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS 26/07/2010 17:39

El portavoz adjunto del Gobierno de Helmand, Abdul Rahim, relató que dos cohetes cayeron sobre una gran vivienda donde se encontraban varias decenas de civiles que habían huido de los combates en la zona.

Rahim reiteró que se ha abierto una investigación y dijo desconocer quién lanzó los cohetes.

El suceso tuvo lugar hace tres días en el distrito de Sangin, situado en Helmand, provincia en la que las tropas internacionales lanzaron una gran ofensiva con miles de efectivos el pasado mes de febrero.

Lugareños citados por la agencia de noticias afgana AIP denunciaron hace dos días que varios civiles perdieron la vida o resultaron heridos en un ataque de helicópteros de la OTAN la noche anterior.

El mismo día, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), dijo estar al tanto de estas "acusaciones" pero aseguró no tener "información operativa relacionada con este supuesto suceso".

La muerte de civiles es una de las mayores preocupaciones para el Gobierno afgano, según ha insistido en rueda de prensa el principal portavoz presidencial, Wahid Omar, quien no se refirió al suceso de Helmand.

Filtración desde el Pentágono

El portavoz se hizo eco de la filtración de unos 90.000 documentos militares estadounidenses a la organización "Wikileaks", que entre otra información incluye casos de civiles muertos que no se habían hecho públicos. Los documentos filtrados dan una imagen devastadora del conflicto que está viviendo en Afganistán y de que se trata de una guerra que no ha logrado su propósito.

Un total de 1.074 civiles murieron en el primer semestre del año víctimas de la guerra afgana, un aumento del 1,3 por ciento respecto al mismo período del año anterior, según datos de la organización independiente Afghanistan Rights Monitor (ARM).

La ARM achaca a los insurgentes talibanes 661 de las muertes civiles del semestre y atribuye a la ISAF 210, una "reducción considerable" gracias a las "restricciones impuestas en el uso de bombardeos aéreos".

Fue el recientemente destituido general Stanley McChrystal, jefe de las tropas internacionales entre el verano de 2009 y de 2010, quien impuso estas normas para disminuir las víctimas civiles, algo que despertó recelos entre una parte del contingente militar.

Doble juego de los servicios secretos de Pakistán

La Casa Blanca ha lamentado la filtración de estos documentos que han sido publicados por el norteamericano "New York Times", el británico "The Guardian" y el alemán "Spiegel" en colaboración con la organización Wikileaks. En una larga declaración el secretario de seguridad de EEUU, Jim Jones, ha dicho que se tardará semanas en conocer el daño real de esas revelaciones que suponen un peligro para la seguridad nacional, para los ciudadanos, los miembros del Pentágono y los aliados de EEUU.

Según los documentos publicados, Pakistán, presunto aliado de los EEUU en la guerra contra el terrorismo, habría permitido a funcionarios de sus servicios secretos reunirse directamente con jefes talibanes para preparar ataques a soldados norteamericanos y diseñar planes para acabar con líderes afganos. Según los citados papeles, los servicios de inteligencia paquistaníes habrían trabajado junto a Al Qaeda para planear ataques y los líderes talibanes habrían usado por primera vez misiles que se mueven por detección de calor contra aviones de EEUU.

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