Mueren cinco niños y sus padres en un ataque israelí en Gaza

INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS 05/01/2009 00:00

Los siete miembros de una familia palestina han muerto en un bombardeo en el campo de refugiados de Shati, en ciudad de Gaza, según el director general del Hospital Shifa, Hasan Yalaf.

En conversación telefónica desde la franja, Yalaf no pudo confirmar si el proyectil que impactó en su vivienda había sido lanzado por la Fuerza Aérea israelí, la naval o por alguno de los tanques que han entrado en Gaza desde el pasado sábado.

Además, otros dos civiles palestinos -un anciano y su nieto- murieron de madrugada por fuego israelí, agregó Yalaf, quien además es viceministro de Sanidad en el Gobierno de Hamás en Gaza.

El Ejército israelí está investigando ambos incidentes.

23 civiles muertos

Distintos bombardeos israelíes en la franja de Gaza se han saldado con la muerte de 23 palestinos, todos ellos civiles. Trece de los fallecidos murieron en el sur de la ciudad cuando su casa fue bombardeada por un tanque durante una incursión desde el antiguo asentamiento de Netzarim, a tres kilómetros de la capital de la franja y donde se han asentado las tropas hebreas, ha informado el responsable del servicio de emergencias, Moawiya Hassanein.

En los bombardeos de la pasada madrugada han sido alcanzados 30 objetivos, muchos de ellos casas de miembros de Hamas, usadas como almacenes de armas, y túneles. Según los medios de Israel, los soldados están registrando casa por casa para buscar a miembros de Hamas. Están pidiendo a las familias que abandonen sus viviendas y algunas de éstas han acudido a pedir asilo a unas escuelas de Naciones Unidas.

Situación dramática

La situación en el principal hospital de la Franja palestina es "dramática", tras varios días sin suministro eléctrico y sin medicamentos ni personal para hacer frente a la emergencia. El hospital está "totalmente desbordado" y la situación que se vive allí es "angustiosa", ha declarado el viceministro.

El Ejército israelí ha informado de que hasta el momento sólo uno de sus soldados ha muerto, aunque 30 están heridos, dos de ellos de gravedad. Los cohetes de los grupos armados palestinos han matado entre tanto a cuatro personas en Israel. Las fronteras entre ambos países están cerradas y el Estado judío ha informado de que no permitirá el paso a los cargamentos de ayuda humanitaria con alimentos y medicinas.

Las calles de Gaza capital están desiertas, con decenas de edificios destruidos por los bombardeos, entre los que destaca la sede en ruinas del Parlamento de Hamás. En la ciudad sólo se oye el sonido de los aviones israelíes y el fuego de explosiones y disparos de artillería.

Partida en dos

Según testigos, los soldados tienen estacionados más de ochenta tanques, vehículos blindados y excavadoras en el antiguo asentamiento judío de Mitzarin, a unos tres kilómetros al sur de la capital. Las tropas han "partido" la franja en dos partes aisladas y desde el norte del territorio no hay forma de acceder a la región del sur. La táctica de dividir el territorio, de cuarenta kilómetros de largo por quince de ancho y donde viven millón y medio de personas, tiene como finalidad cerrar las vías de comunicación y de aprovisionamiento de Hamás y otros grupos armados.

La incursión se inicio cuando, con el apoyo de cazabombarderos, entraron en la Franja cientos de tanques y cientos de soldados israelíes que desde el lunes cercaban este territorio palestino en lo que parecía anunciar la invasión. Poco después los carros de combate tomaron posiciones en el norte, este y noreste de la línea divisoria, y abrieron fuego.

El cooperante español Alberto Arce, que se encontraba en la sede de la Media Luna Roja del campamento de refugiados Yebalia, ha relatado que la incursión causó el pánico en el área, donde muchos habitantes abandonaron sus viviendas y huyeron despavoridos. "La gente corrió hacia la avenida de Salahedin -la principal del campamento- cargada con mantas y bolsas de plástico", ha indicado.

Este asturiano de 32 años narró que "los conductores de las ambulancias han sido los primeros que nos confirmaron que junto a los aviones F-16 y los bombardeos desde barcos en el mar estaban disparando también desde tanques y con artillería terrestre". A partir de ese momento, "muchas ambulancias que salían a atender heridos empezaron a regresar de vacío porque los misiles han hecho agujeros inmensos en las calles que no les permiten avanzar", ha explicado.

Según otros testigos, los enfrentamientos más duros se produjeron en los alrededores de las localidades de Beit Hanoun y Beit Lahiya, en los que se apostaron los tanques antes de disparar a edificios de Hamás y grupos de milicianos que les hicieron frente.

Varios incendios se declararon en el área, donde a primera hora de la madrugada los carros de combate permanecían en sus posiciones sin penetrar en los núcleos urbanos en lo que parece una táctica de ir "paso a paso" que les llevará tiempo para cumplir sus objetivos.

La invasión es la segunda fase de la operación "Plomo Fundido", que el Ejército israelí inició hace ocho días con continuos ataques aéreos y navales contra infraestructuras, edificios e instalaciones de Hamás y otros grupos armados palestinos en Gaza.

Hasta la invasión, la ofensiva se había cobrado la vida de más de 480 personas, entre ellas al menos un centenar de civiles, y había causado 3.000 heridos, un recuento que han dejado atrás las fuerzas israelíes que ya operan en el interior de la Franja.

El Ejército de Israel ha advertido que no abandonará Gaza hasta alcanzar su propósito de poner fin a la amenaza que para el Estado judío supone Hamás y sus organizaciones afines, y que la campaña para lograrlo podría durar "numerosos días", mientras que el brazo armado de Hamás advertía de que el Estado judío "pagará un alto precio" por la operación.

KOD / MV

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