"Todos los bandos tienen que hacer más para cumplir sus obligaciones" con respecto a la resolución 1.701 que puso fin a la guerra de 2006, dijo Williams a la salida de una reunión con el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El coordinador de la ONU recordó que los cuatro años que han pasado desde la guerra entre Israel y el grupo radical chií Hizbulá, de la que esta semana se cumple el aniversario, han constituido el período más largo de estabilidad en esa frontera desde los años setenta.
"Nadie ha muerto en la línea azul (que separa los dos países) a causa de las acciones del otro bando", resaltó el diplomático británico, aunque reconoció que las partes todavía siguen sin cumplir en su totalidad la resolución que puso fin al conflicto.
Por ello, aseguró que los incidentes en el sur del Líbano entre miembros del Fuerza Interina de las Naciones Unidas en el Líbano (FINUL) y poblaciones de la zona han sido el momento de mayor tensión desde el despliegue de los "cascos azules" tras la guerra.
En las últimas semanas, se han registrado unos 25 enfrentamientos entre pobladores de la zona y soldados de la FINUL, en los que resultaron heridos leves algunos militares franceses.
En ese sentido, aseguró que las fuerzas políticas libanesas, incluido el movimiento chií Hizbulá, han confirmado en sus contactos con la ONU el compromiso con la resolución 1.701 y su deseo de que no se repitan este tipo de incidentes.
Por ello, se mostró complacido con la decisión de las autoridades libanesas de aumentar la presencia de su Ejército en el sur del país para intensificar la colaboración con los "cascos azules".
"Le dije al Consejo que la cooperación con el Ejército libanés es crucial, pero también es indispensable que se respete la libertad de movimiento de FINUL en su zona de operaciones", indicó.
Además, Williams respaldó la actuación durante los sucesos del jefe de la FINUL, el general Alberto Asarta, del que recordó que sólo lleva seis meses al frente de la misión de estabilización.
"El general Asarta ha tenido que afrontar en las últimas semanas las circunstancias más difíciles que hemos vivido en los últimos cuatro años", resaltó.
Por su parte, el embajador del Líbano ante la ONU, Nawaf Salam, lamentó que el Ejército israelí siga violando de manera periódica el espacio aéreo, el suelo y las aguas territoriales de su país.
Asimismo, exigió a las autoridades militares hebreas que proporcionen una información completa sobre el uso de bombas de racimo durante el conflicto de 2006, ya que cientos de libaneses han sido víctimas desde entonces de las submuniciones sin explotar que dejan este tipo de proyectiles.
La ONU cuenta en la actualidad con unos 13.000 efectivos de 25 países en el sur del Líbano para vigilar el cese de las hostilidades, apoyar a las Fuerzas Armadas Libanesas (LAF) y asistir en la distribución de ayuda humanitaria a la población civil.
La zona que tiene asignada FINUL está delimitada al norte por el río Litani y al sur por la separación con Israel, y se divide a su vez en otras dos, una liderada por Italia y la otra por España.