El Presidente Zardari pide un "plan Marshall" para Pakistán

AGENCIA EFE 24/04/2009 14:06

Zardari lanzó hoy este mensaje al reunirse en Islamabad con el enviado especial del Reino Unido a Pakistán y Afganistán, Sherard Cowper-Coles, según un comunicado del gabinete presidencial.

El jefe de Estado esgrimió que Pakistán necesita un "plan Marshall" para cerrar las heridas de su economía, golpeada por la lucha contra el integrismo, en una apelación similar a la que hizo en la conferencia de donantes de Tokio, celebrada el pasado 17 de abril.

De allí Pakistán se aseguró 5.280 millones de dólares para aliviar el deplorable estado de su economía, apoyo que llegó después de los 7.600 millones de dólares otorgados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

A ello hay que sumar los 1.500 millones de dólares anuales durante cinco años prometidos por el presidente de EEUU, Barack Obama, condicionados al esfuerzo de Islamabad en la lucha antiterrorista.

Zardari también reiteró ante el enviado británico su compromiso en la lucha contra los insurgentes y negó que el Gobierno vaya a sucumbir a sus presiones.

Sin embargo, defendió el diálogo con los integristas que depongan las armas, ya que la vía militar tan sólo es una parte de la solución, según arguyó.

Según el comunicado de Presidencia, Cowper-Coles aseguró a Zardari que el Reino Unido está decidido a ayudar a Pakistán en su lucha contra la insurgencia.

Hoy los talibanes paquistaníes, afianzados en el norteño valle de Swat, iniciaron tras una reunión con las autoridades regionales la retirada del distrito de Buner (norte), un área próxima a Islamabad que habían ocupado a comienzos de abril.

Swat y Buner pertenecen a la división de Malakand, una región tribal pastún de la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP) en la que las autoridades se avinieron a implantar un sistema judicial basado en la "sharia" (ley islámica) en el marco de un acuerdo de paz con los talibanes.

El avance talibán a Buner desató las críticas de EEUU, cuya secretaria de Estado, Hillary Clinton, advirtió que suponía una "amenaza existencial" para Pakistán y conminó al Estado a no ceder terreno a los integristas islámicos.