Adrianne llora aterrada porque le dan el alta en el hospital. Nos enseña cómo le quitan las grapas de la cicatriz donde antes estuvo su pie izquierdo, amputado por los atentados de la maratón Boston. Es el diario de una superviviente, una luchadora que quiere recuperar su vida, la de una bailarina profesional. Al principio le cuesta hasta decir la palabra protésico pero su primera pierna le permite volver a caminar. Aunque el daño también está en su cabeza y unos simples fuegos artificiales le provocan un ataque de pánico. Pasan los meses y sigue determinada a volver a bailar...difícil...hasta que tropieza con él. Su equipo hace unas nuevas prótesis que imitan el movimiento de los músculos y ella, va a ser su desafío. Horas y horas de ensayos y pruebas para llegar hasta aquí: su gran reestreno. Dice que es la demostración de por qué nunca ha querido que la llamaran víctima... sino superviviente.