Arranca el recuento de votos de la segunda fase de las elecciones parlamentarias en Egipto

EUROPA PRESS 24/11/2015 07:41

El Alto Comité Electoral no ha facilitado ningún balance de participación, si bien los medios locales han apuntado que podría estar en mínimos históricos. En la primera fase se situó en el 26,5 por ciento, según los datos del Gobierno, si bien podría haber sido aún menor.

Por su parte, el Consejo Nacional por los Derechos Humanos (NCHR) ha cifrado en 89 las violaciones denunciadas durante la primera jornada de votación, principalmente debido a retrasos en la apertura de colegios electorales y pagos de sobornos.

La jornada ha estado además marcada por dos atentados con bomba en el norte de la península del Sinaí que se han saldado con la muerte de tres personas --un policía y dos civiles, entre ellos un niño--. Ningún grupo ha reclamado la autoría de los ataques.

Asimismo, una persona ha muerto y dos han resultado heridas a consecuencia de la explosión de un coche bomba a primera hora de este martes frente a un hotel de la localidad egipcia de Al Arish, ubicada en la península, que aloja a supervisores de las elecciones.

Las elecciones se están celebrando en dos etapas, en función de una división territorial. La primera de ellas tuvo lugar entre el 17 y el 28 de octubre en las provincias de Giza, Fayum, Beni Suef, Minia, Assiut, Nuevo Valle, Sohag, Qena, Luxor, Asuán, Mar Rojo, Alejandría, Beheira y Matruh.

La segunda fase, que se extenderá hasta el 2 de diciembre, se está celebrando en El Cairo, Qalubiya, Dakahlia, Monufiya, Gharbiya, Kafr el Sheij, Sharkia, Damieta, Port Said, Ismailia, Suez, Sinaí Norte y Sinaí Sur.

CANDIDATOS INDEPENDIENTES Y LISTAS

El sistema electoral está compuesto de dos procesos, uno de elección de candidatos individuales y otro de elección de listas presentadas por partidos políticos. De los 568 escaños, 448 corresponderán a candidatos individuales.

Estos candidatos competirán en distritos individuales y de varios miembros. El país se dividirá en 205 distritos que tendrán, uno, dos, tres o cuatro escaños, y los votantes tienen tantos votos como escaños en su distrito.

Un candidato debe obtener una mayoría absoluta para ser electo. Si ninguno lo logra, se celebra una segunda vuelta con los candidatos más votados. En los distritos con un escaño en liza, accederán a la segunda ronda dos candidatos. En el resto, el doble de candidatos que no hayan sido resueltos en la primera vuelta.

Los otros 120 escaños serán elegidos a través de listas en cuatro distritos en los que se dividirá el país, dos con 15 escaños cada uno y otros dos con 45 escaños cada uno. Todos los escaños de cada distrito son otorgados a la lista más votada, siempre y cuando logre mayoría absoluta. De no hacerlo, se recurre a una segunda vuelta.

La legislación contempla la existencia de cuotas en el sistema de listas. En distritos con 15 escaños deberá haber tres cristianos, dos trabajadores o agricultores, dos jóvenes, una persona con discapacidad y un egipcio residiendo en el extranjero. En los distritos con 45 escaños, el triple de las cifras anteriores.

Asimismo, los distritos con 15 y 45 escaños deberán incluir al menos siete y 21 mujeres, respectivamente, independientemente de que representen o no a grupos minoritarios.

LA CÁMARA DE REPRESENTANTES

La Constitución contempla que la Cámara de Representantes tiene autoridad para aprobar legislación y las políticas generales del Estado, así como planes de desarrollo político y social, además de los Presupuestos. Asimismo, supervisa las acciones del Ejecutivo.

El Parlamento estará compuesto por 568 escaños, si bien el presidente tiene autoridad para designar a miembros adicionales, hasta un máximo del cinco por ciento del número de representantes electos en los comicios.

Sin embargo, los críticos aseguran que la Cámara de Representantes será relegada a un organismo encargado de aprobar las órdenes de Al Sisi, así como enmiendas constitucionales destinadas a dar al presidente un mayor control sobre el Parlamento.

De hecho, la ausencia de Hermanos Musulmanes, el partido con más respaldo en el país y vencedor de las elecciones parlamentarias y presidenciales celebradas tras la caída de Hosni Mubarak en 2011, impactará en la competitividad del proceso.

Asimismo, el bajo perfil de los movimientos revolucionarios, afectados por las detenciones y las divisiones sobre el golpe de Al Sisi --algunos respaldan el fin a la deriva islamista y otros critican que el Ejército secuestrara el segundo movimiento popular-- simplifica el mapa político.