Los fallecidos, identificados como Daniel James, Ecsa Tearp y Ali Elario, todos sursudaneses, fallecieron el lunes cuando se dirigían a un almacén del PMA en la ciudad para recoger alimentos y se encontraron de repente con un asalto de milicias asociadas al Gobierno sursudanés, con el apoyo del propio Ejército, que fueron casa por casa ejecutando a residentes sospechosos de colaborar con la insurgencia.
El Gobierno sursudanés ha impuesto el toque de queda en toda la ciudad, de donde han huido más de 8.000 personas en las últimas horas, y ha indicado que tanto esas milicias como los militares que las respaldaron -- bloqueando las carreteras para que nadie pudiera escapar -- parecen haberse amotinado .
Otras 13 personas murieron en esta masacre. Dos de los porteadores parecen haber muerto a machetazos y el tercero de un disparo.
"Estamos indignados y destrozados por la muerte de nuestros compañeros, quienes trabajaban todos los días para proporcionar comida a millones de compatriotas a quienes estaban salvando la vida", ha lamentado la directora del PAM en Sudán del Sur, Joyce Luma.
"Su dedicación no quedará en el olvido y pedimos a las autoridades sursudanesas que persigan a los responsables de esta violencia indecible", ha añadido Luma.