Pese a que la legislación está dirigida principalmente contra aquellos que se unan a formaciones extremistas, incluye que los hijos de estas personas "podrían dejar de ser ciudadanos australianos".
Sin embargo, existen excepciones en otras cláusulas del borrador, según las cuales los hijos podrían mantener la ciudadanía si se designa un guardián apropiado o sin son declarados como apátridas.
"Es apropiado modernizar las cláusulas relativas a la pérdida de la ciudadanía para responder a las actuales amenazas terroristas", ha dicho el ministro de Inmigración, Peter Dutton. "El mundo ha cambiado, y las leyes han de hacerlo de la misma manera", ha agregado.
En un principio, el Gobierno quería dar al Ministerio de Inmigración poderes para revocar la ciudadanía sin que existiera una condena en firme, pero el plan fue revisado debido a las preocupaciones en torno a su posible inconstitucionalidad.
El proyecto de ley recoge que todos aquellos que ayuden a una organización terrorista en el extranjero o sean declarados culpables de traición, espionaje, terrorismo u operaciones en el extranjero perderán la ciudadanía.
"La intención de los cambios es proteger a la comunidad y mantener sus valores, más que castigar a la gente por actos terroristas u hostiles", ha valorado Dutton, según ha informado la cadena de televisión australiana ABC.
Por su parte, el líder laborista, Bill Shorten, ha señalado que su partido, el laborista, no ha recibido el borrador del documento, si bien ha expresado que la formación apoya el principio sobre el que se basa.
"Hemos dicho que haremos lo necesario para combatir el terrorismo en el extranjero y en el país. Hemos dicho que apoyaremos el principio de extensión de las negativas a la entrega de ciudadanía a los ciudadanos con doble nacionalidad que se alcen en armas contra Australia", ha añadido.
El proyecto será analizado por el Comité de Seguridad e Inteligencia del Parlamento, que sopesará la posibilidad de que el mismo sea aprobado de forma retroactiva una vez sea aprobado.