Así, ha destacado que la única solución viable es un acuerdo político amplio "que contemple las aspiraciones legítimas del pueblo sirio y tenga como punto de partida un alto el fuego nacional y duradero".
En unas declaraciones por el quinto aniversario del conflicto en Siria, ha subrayado la importancia de recordar los orígenes del conflicto, agregando que la destrucción que ha sufrido el pudo haberse evitado si las autoridades hubieran respondido pacíficamente a las protestas.
Ban ha indicado además que los actores regionales e internacionales "podrían haberse unido para ayudar a estabilizar Siria en lugar de usar su territorio como un campo de batalla de las rivalidades regionales y la competencia por razones estratégicas."
"En lugar de eso, más de 250.000 sirios han muerto. Casi la mitad de los sirios se han visto desplazados de sus casas, buscando refugio dentro o fuera del país", ha lamentado.
"Grupos terroristas como el Estado Islámico y el Frente Al Nusra han capitalizado el caos. Los combatientes extranjeros y las milicias sectarias han arribado masivamente a Siria para sumarse a los enfrentamientos. Los hombres, las mujeres y los niños sirios se sienten abandonados por la comunidad internacional", ha añadido.
Asimismo, ha recordado que el país ha sido escenario del uso de armamento químico, cercos y el hambre como un arma de guerra, así como de numerosos violaciones de los Derechos Humanos.
Por último, Ban ha reiterado que los responsables de estos crímenes "deberían rendir cuentas", reclamando al Consejo de Seguridad de la ONU que envíe el caso de Siria ante el Tribunal Penal Internacional (TPI), argumentando que "no puede haber paz sin justicia".