Esta mayor independencia, ha explicado el comisario responsable de estadísticas, Algirdas Semeta, "significa estar libre de cualquier influencia política o interferencia y ser plenamente responsable de sus propias prácticas de trabajo".
A partir de ahora, el director general de Eurostat estará sujeto a procedimientos de contratación y despido transparentes, basados únicamente en criterios profesionales y se reconocerá su derecho a realizar sus tareas de forma autónoma.
En particular, se le atribuye la responsabilidad de decidir sobre los métodos, el calendario y la naturaleza de las estadísticas europeas. Deberá además velar por la calidad de los resultados.
En este sentido, la norma crea un sistema de etiquetado de las estadísticas europeas para distinguirlas de cualquier otro tipo de estadísticas en términos de calidad.
Bruselas considera que las sucesivas reformas realizadas en Eurostat desde el escándalo por la manipulación de las cifras de déficit de Grecia han permitido que las estadísticas europeas sean "creíbles, imparciales, utilizables y accesibles para todos".
"La UE ha progresado a la hora de poner en marcha un sistema estadístico de primer nivel mundial, que puede servir de base para elaborar políticas rigurosas y para una mejor gobernanza económica", ha dicho Semeta.
La Comisión ha reclamado a los Gobiernos y al Parlamento que aprueben cuanto antes una norma que obligará a las oficinas estadísticas nacionales a aplicar estos mismos criterios de independencia y autonomía respecto al poder político.