Causas
Las causas de esta subida, que no tiene parangón en los últimos decenios, hay que buscarlas en las potencias emergentes como India y China, que con su desarrollo demanda más consumo; la desviación de la producción en Occidente hacia la elaboración de combustibles, y las fuertes sequías que han padecido grandes productores (como Australia) y que empiezan a ser recurrentes debido, según algunos expertos, al Cambio Climático.
Además, la transformación radical que está sufriendo el mercado global de productos agrícolas ha introducido un nuevo jugador: los fondos de inversión. Los grupos especuladores han visto que los precios de estos productos agrícolas están aumentando, se han "montado en la cosechadora", y su sola presencia ya ha alterado aún más, y hacia arriba, los precios. Es el nuevo "maná" para los fondos de inversiones.
No podemos olvidar el precio del petróleo, en máximos históricos gracias, sobre todo, a la inestabilidad generada por los Estados Unidos en Iraq. Todo lo que se transporta se hace utilizando como energía el petróleo. Y su repercusión en los precios es evidente. Hay que sumar a los fertilizantes químicos, derivados también del petróleo.
Y eso que la producción mundial de cereales está batiendo récords año tras año. En 2006 se recolectaron 1.569 millones de toneladas. En 2007 la cantidad ha estado cercana a los 1.660 millones y se estima que en 2008 la cifra alcance los 1.680 millones de toneladas.
Pero la demanda continuará siendo más elevada que la oferta, y la ecuación mercantil genera como resultado el aumento de los precios. A nivel mundial. Y ya está teniendo repercusiones sociales y políticas. Y en algunas zonas del planeta geoestratégicamente muy sensibles, el alcance de las consecuencias, como siempre, es imprevisible.
Hay que tener en cuenta que el resultado de sumar petróleo+alimentos+guerra nunca ofrecerá un total matemático, sino un total inmensurable de padecimiento humano. Y esto ocurre en la zona del planeta en que cualquier estornudo puede provocar una gripe mundial.
...las economías potentes como la nuestra desviamos, compramos o fomentamos producción agrícola para la elaboración de gasolinas "verdes". En el Reino Unido el gobierno ya maneja informes sobre esto, analizando el coste que tiene sustraer producción agrícola básica para elaborar los bio-combustibles. De hecho, intenta asustar a la Unión Europea sobre sus pretensiones porque la UE, que abandera la lucha contra el cambio climático, quiere que en 2020 un mínimo del 10% de los combustibles sean biodiésel, etanol o biogás.
Nuestro problema económico es relativo y nuestras sacudidas actuales provienen más del caos económico y fiscal creado por el Gobierno Bush en sus dos mandatos, la resaca que del fiestón inmobiliario se han dado unos pocos y padecemos todos, y el petróleo, al que el Euro fuerte contiene. Aquí sube el pan, y seguirá subiendo. Pero mientras en nuestra economía personal (de media) no nos supone más que unos céntimos, en otras zonas del planeta, en todos los continentes, esos céntimos suponen la frontera entre el hambre o sólo la penuria.
Mientras unos no pueden comprar pan...
Especial 'Hambre en el mundo'