En un comunicado difundido por el propio diplomático, Hales ha insistido en que la denuncia contra él es "falsa" y que, tras filtrarse "un sumario que dejó de ser secreto" a la prensa, el procesamiento "se ha transformado en un espectáculo público que ha amenazado la paz y el honor" de su familia.
"Por tanto, no cuento con las condiciones institucionales para seguir representando a Chile. (...) He decidido renunciar a mi cargo de embajador en Francia sin esperar el resultado del sumario que debería liberarme todos los falsos cargos", ha explicado.
El embajador ha lamentado la deriva que ha tomado su caso y el juicio paralelo al que se le está sometiendo, alejado de la investigación oficial. "Es bueno que se democratice el control del poder, pero es malo cuando sirve para condenar antes de investigar. Hacer eco público de cualquier denuncia es casi condenar antes de juzgar y se está haciendo una práctica aceptada. Así es hoy la vida pública", ha criticado.
Asimismo, ha reiterado que su renuncia no se debe al "miedo a perder el puesto", sino que ha decidido dimitir por respeto a sí mismo y a Chile.
El Ministerio de Relaciones Exteriores chilenos ha aceptado la dimisión de Hales y ha anunciado que dejará el cargo "en una fecha que será comunicada próximamente".
Desde la Cancillería han explicado su dimisión por "razones de índole personal", sin dar más detalles al respecto, aunque han agradecido y valorado "altamente" el trabajo del diplomático "para fortalecer las relaciones bilaterales entre Chile y Francia".
El pasado 18 de abril se oficializó una acusación contra el embajador. Una mujer que trabajó en la misión diplomática el año 2015 le acusó de acoso laboral y ofreció detalles de algunos episodios de acoso sexual.