Se trataba de "romper el hielo" y empezar a trabajar por reescribir las terribles relaciones que el presidente de Estados Unidos se ha empeñado en crearse con su vecino del sur. Tillerson, el secretario de Estado de Estados Unidos, acompañado de Kelly, lo que en España sería el ministro del Interior, se han reunido durante cinco horas con sus colegas mexicanos, Videgaray y Osorio, en México.
Según Tillerson la reunión ha sido "muy productiva porque México y Estados Unidos tienen lazos históricos y geográficos que no se pueden romper", aunque era evidente que la relación diplomática era tensa desde hacía semanas.
Según Videgaray, el ministro de Asuntos Exteriores de México, "México no está de acuerdo con las políticas migratorias que pretende implantar Estados Unidos y tenemos que trabajar entre ambos países para solucionarlo. El problema de la inmigración de personas sin papeles surge de Guatemala, el Salvador y Honduras, por eso haremos una reunión con los países de Centro América y Canadá en los próximos meses para ver cómo abordamos esta situación".
La inmigración de ciudadanos de los países de Centro América es una terrible realidad. Huyen de las maras, las mafias, el narcotráfico y la violencia, y lo hacen a través de las mafias mexicanas. El año 2015 terminó con 60.000 niños "solos", pequeños de edades que van desde los 3 años de edad, que llegaban sin acompañantes a Estados Unidos para buscar una vida mejor tras vivir verdaderas salvajadas y abusos en su larga huida de sus países de origen.
Además, según Osorio, el ministro de Interior mexicano, se han discutido las relaciones económicas, comerciales y el problema de la droga "porque la droga es un problema para México, pero quien la compra es Estados Unidos", ha dicho en la rueda de prensa celebrada en la ciudad de México.
El secretario de Estado de Estados Unidos y el secretario Kelly se reunirán con el presidente Peña Nieto. Según Tillerson, esperan mantener una reunión en Washington con el presidente de México y Trump en los próximos meses.