"Hay mucha ignorancia, ellos afirman que se sienten incómodos", ha dicho Lila a la prensa local. "Yo no los creo ni por un segundo. Creo que todo es puro y simple fanatismo", asegura.
Durante la protesta de sus compañeros, Lila tuvo que abandonar el gimnasio porque temió por su propia seguridad.
A pesar de todo, Lila ha contado con el apoyo de algunos compañeros- entre 30 y 40- que se manifestaron contra quienes no la apoyan.
La escuela le ha ofrecido a esta joven la opción de usar un tercer baño, neutro, pero ella se ha negado. "Yo no estaba haciendo daño a nadie pero no quiero sentirme segregada. No quiero ir a un baño no sexista. Soy una chica, que no debería ser echada del baño de las chicas", sentencia.