"Está cansada y está intentando relajarse. Todavía queda cierta recuperación física que hacer pero su tono de piel está bien y se siente con fuerzas", ha declarado su hijo Jeremy a la cadena NBC.
El organismo de Writebol, de 59 años, se encuentra ya limpio del virus que contrajo en Liberia el pasado mes de julio cuando trabajaba para una organización cristiana. La misionera ha recibido el medicamento experimental ZMapp para combatir la enfermedad, cuya tasa de mortalidad es del 90 por ciento.
Sin embargo, Writebol no descarta volver al país africano, donde 576 personas han fallecido por el virus. "Se lo está pensando", según su hijo. "África sigue en su corazón y el sufrimiento de la gente le ha calado muy hondo", ha añadido.