Al menos siete personas han muerto este jueves en dos atentados perpetrados de forma casi consecutiva, con menos de una hora de separación entre uno y otro ataque, en la ciudad de Peshawar, en el noroeste de Pakistán, según ha informado fuentes policiales.
El primer ataque ha consistido en la explosión de una bomba activada por control remoto al paso de una furgoneta de la Policía. El artefacto, oculto en un carro de siembra, ha causado cinco muertos y catorce heridos.
El segundo ataque, registrado menos de una hora después, ha sido un atentado terrorista suicida perpetrado por una mujer que escondía un chaleco cargado de explosivos debajo de un burka y que ha acabado con su propia vida y con la de otra mujer, de 60 años de edad. La Policía investiga si la víctima era una cómplice de la terrorista o simplemente pasaba por allí.
La terrorista suicida, de unos 25 años de edad, ha hecho estallar la carga explosiva en el centro de la ciudad de Peshawar en las proximidades de un puesto de control policial. "Ella hizo explotar el chaleco cuando se aproximaba al puesto de control. Un policía ha resultado herido", ha relatado a Reuters el oficial de Policía Tariq Omar. La Policía ha asegurado que los dos atentados terroristas podrían ser ataques coordinados.
Los milicianos talibán han matado a miles de personas en Pakistán en atentados terroristas suicidas en los últimos años. Los ataques perpetrados por mujeres suicidas son poco habituales en el país asiático aunque cualquier aumento de este tipo de atentados dificultaría los esfuerzos de las fuerzas de seguridad paquistaníes en la lucha contra el terrorismo. Los agentes paquistaníes son reacios a registrar a las mujeres, lo que facilita que puedan perpetrar atentados como el de este jueves.
El pasado mes de diciembre, un terrorista vestido con un burka acabó con la vida de más de 40 personas en un atentado contra un centro de distribución de alimentos en la región tribal de Bajaur, próxima a la frontera con Afganistán.