Cuenta Diario de México que el pasado 29 de julio de 2013, un niño de cuatro años disfrutaba de un tranquilo paseo en su bicicleta cerca de su casa cuando fue atropellado por un camión de reparto. Como consecuencia del accidente tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario.
Tras salir del hospital en el que fue ingresado a causa de las heridas sufridas, el chaval fue obligado por la Fiscalía a reconstruir el accidente. La Procuraduría General de Justicia de Querétaro se basaba en los informes de dos agentes de tráfico y un perito de parte de la aseguradora para reclamar la prueba.
Por increible que parezca fue el representante de la compañía de seguros el que determinó que el menor fue quien debió ceder el paso a la conductora de la furgoneta.
Los familiares del niño ya han mostrado su indignación ante este claro caso de abuso de autoridad y han acusado a los instructores de haber cometido irregularidades.
Por su parte, la Agencia de defenda de los Derechos Humanos de Querétaro ha reclamado a las autoridades medidas para corregir los errores detectados en este caso. Entre ellas estaría la reparación de los daños causados al menos, la realización de una “investigación autónoma sobre la probable responsabilidad penal de las agentes ministeriales, así como del perito y quienes resulten responsables”.