Olmert da por fracasadas las negociaciones para lograr la liberación del soldado Guilad Shalit

EFE 17/03/2009 11:36

"No hemos escatimado esfuerzos, pero Hamás es un grupo asesino y sin escrúpulos", dijo Olmert en una comparecencia pública en la que oficialmente tiró la toalla en sus maratonianos esfuerzos por lograr la libertad del soldado antes de completar próximamente su mandato.

Pese a que los medios informaron de que el Ejecutivo saliente barajaba "dolorosas concesiones" a Hamás a fin de permutar al soldado por conocidos terroristas palestinos, Olmert aseveró esta noche que "el Estado de Israel tiene líneas rojas. No las cruzaremos".

Por la tarde, su gabinete celebró una sesión extraordinaria de tres horas en la que analizó los esfuerzos para liberar a Shalit, capturado por el brazo armado de Hamás y otras tres milicias palestinas en un ataque a una base militar israelí próxima a la frontera de Gaza en junio de 2006.

Tras el encuentro, varios ministros calificaron las negociaciones con el movimiento integrista de "estancadas", y el titular de Justicia, el independiente Daniel Friedman, sentenciaba: "Ningún gobierno podría aceptar las demandas de Hamás".

El Consejo de Ministros fue asesorado sobre el asunto por los enviados especiales en las negociaciones en El Cairo Ofer Dekel, y Yuval Diskin, jefe del servicio de seguridad interior, Shin Bet.

Frente a la sede del Gobierno israelí varios manifestantes y simpatizantes con la familia del soldado protestaron por el fracaso del proceso.

Tras explicar a la familia de Shalit las circunstancias de la paralización de las negociaciones, Olmert afirmó que su gobierno "no claudicará ante los dictados que Hamás presentó en la negociación".

Agregó que las propuestas de Israel fueron "generosas y de gran alcance y estuvieron encaminadas a lograr la liberación de Guilad", aunque no especificó en qué consistieron.

Israel y Hamás mantuvieron en los últimos días en El Cairo intensos contactos para la liberación del militar a cambio de la excarcelación total de más de un millar de presos palestinos.

El canje debía producirse en tres fases, y en la primera Hamás exigía a Israel la excarcelación de 450 prisioneros condenados por terrorismo y delitos de sangre, entre los que se cuentan responsables de los más sangrientos ataques suicidas que las milicias palestinas cometieron en Israel en la Segunda Intifada.

La radio pública israelí reveló que Israel habría estado dispuesta a excarcelar a 320 presos palestinos, una cifra que no satisfizo las exigencias de los islamistas.

El Canal 10 de la televisión israelí contabiliza en más de un millar los israelíes, entre civiles y militares, muertos en atentados perpetrados y planeados por varios de los terroristas que figuraban en el listado sometido a debate.

Ambas partes se han acusado del fracaso en las negociaciones, en las que no se pusieron de acuerdo sobre el número, identidad y el destino de los presos palestinos que serían excarcelados.

El jefe del brazo armado de Hamás, Ahmed Jaabari, rechazó el canje -según medios locales- al negarse a que parte de los liberados fueran deportados a Gaza o a algún país árabe en lugar de radicarse de nuevo en Cisjordania, desde donde les sería mucho más fácil cometer atentados contra Israel.

Con todo, el movimiento islamista no da por zanjada la negociación y ha apelado a Israel a regresar a la mesa de diálogo.

La inminente llegada al poder en Israel del líder del conservador Likud, Benjamín Netanyahu, fue empleada como argumento por el gobierno de Olmert para presionar a Hamás de avenirse al canje ante la previsible postura más dura que podría asumir sobre la cuestión el futuro ejecutivo.

Olmert apostilló que en los cerca de tres años de captura del uniformado ha hecho todo lo posible para lograr su liberación, apelando a foros y líderes regionales y mundiales sin éxito.

"Continuaremos hablando con quien podamos, y no cesaremos nuestros esfuerzos", agregó el primer ministro aunque precisó que no habrá ofertas adicionales a Hamás.