La ONU advierte de que Burundi se acerca al "límite"

EUROPA PRESS 09/06/2015 17:23

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Husein, ha advertido este martes de que la creciente violencia causada por las milicias pro gubernamentales está acercando Burundi al "límite".

"Cada día recibimos entre 40 o 50 llamadas de gente aterrorizada en todo el país que nos pide protección frente a los abusos", ha dicho Al Husein. "También hemos recibido denuncias preocupantes por parte de los refugiados burundeses sobre graves violaciones de los Derechos Humanos", ha añadido.

Al Husein ha explicado que estas acciones, que incluyen "ejecuciones sumarias, torturas, secuestros, amenazas y otras formas de intimidación", serían obra de la milicia pro gubernamental Imbonerakure, que actúa sobre todo en Buyumbura, pero también en otras partes de Burundi.

El jefe de Derechos Humanos de la ONU ha contado algunos de los 47 testimonios recogidos en las últimas semanas entre los refugiados burundeses en los vecinos Ruanda y República Democrática del Congo (RDC) para apoyar su discurso.

Según Al Husein, una niña de 19 años de edad aseguró que su casa en la provincia de Makamba fue atacada y saqueada en plena noche por miembros de Imbonerakure que apuñalaron a su padre hasta la muerte porque se negó a unirse al partido gobernante, el CNDD-FDD.

Otro refugiado denunció que fue secuestrado el 15 de abril por cuatro milicianos pro gubernamentales por apoyar al partido opositor FNL. De acuerdo con su relato, fue golpeado y torturado durante varios días hasta que finalmente lo liberaron.

Una mujer contó que ella y su marido también recibieron una paliza en plena noche por parte de los Imbonerakure por no participar en los actos organizados por el CNDD-FDD. Después, secuestraron al marido y desde entonces está desparecido.

En la misma línea, otro refugiado dijo que fue detenido por dos Imbonerakure y un policía y recluido en una prisión durante dos semanas por dejar de asistir a las llamadas sesiones de entrenamiento ideológico del CNDD-FDD.

Asimismo, cuatro refugiados en Ruanda denunciaron que habían visto casas marcadas con una cruz en la puerta en lo que parecían indicaciones sobre a quién atacar. "Puedes escapar a donde quieras, pero te encontraremos", reza uno de los mensajes escritos en las viviendas.

"ESPELUZNANTE"

"Todas estas informaciones son realmente espeluznantes, especialmente en un país con la historia de Burundi", ha considerado, indicando que "con que sean ciertos solo parcialmente evidencian un intento muy peligroso de extender el miedo".

Al Husein ha subrayado el hecho de que, de acuerdo con la información recibida, "los Imbonerakure actúan bajo las instrucciones del partido gobernante y con el apoyo de la Policía y de los servicios de Inteligencia, que les proporcionan armas, vehículos y uniformes".

"Si es cierto que las autoridades estatales están colaborando con grupos violentos al margen de la ley, están jugando con el futuro del país de la forma más temeraria imaginable", ha señalado el Alto Comisionado.

El diplomático jordano ha afirmado que "ahora más que nuncia es esencial que las autoridades burundesas muestren su compromiso con la paz distanciándose claramente de los violentos y asegurándose de que responden por cualquier violación de los Derechos Humanos".

VIOLENCIA OPOSITORA

Al Husein ha apuntado igualmente a la disidencia burundesa. "Aunque pocos, ha habido algunos actos violentos cometidos por elementos opositores", ha dicho, denunciando también "esfuerzos coercitivos" para conseguir apoyos.

"Urjo a los líderes opositores a hacer todo lo posible para garantizar que sus simpatizantes protestas pacíficamente y no recurren a la violencia", ha pedido.

"AL LÍMITE"

Al Husein ha advertido de que todos estos factores "podrían hacer que una situación ya de por sí extrema llegue al límite", subrayando que "lo último que necesita Burundi, después de décadas de tranquilidad, es ser catapultado de nuevo a una guerra civil por la despiadada determinación de algunos de mantenerse o conseguir el poder a cualquier precio".

La crisis política en Burundi estalló hace un mes cuando el presidente, Pierre Nkurunziza, anunció su intención de aspirar a un tercer mandato consecutivo en las elecciones presidenciales previstas en un principio para el 16 de junio.

La posibilidad de que Nkurunziza se perpetuara en el cargo llevó a cientos de burundeses a las calles para protagonizar manifestaciones masivas que fueron violentamente reprimidas por las fuerzas de seguridad, dejando varios muertos.

La tensión llegó al máximo el 13 de mayo con el intento de golpe de Estado impulsado por un grupo de militares que Nkurunziza consiguió sofocar incluso estando fuera de Burundi para asistir a una cumbre regional. Desde entonces, la oposición ha denunciado una caza de brujas.