Alrededor de unos mil refugiados procedentes de Marruecos, Afganistán, Pakistán o Irán, entre otros países, han quedado varados entre Grecia y Macedonia por la negativa de las autoridades macedonias, eslovenas, croatas y serbias a permitir la entrada a quienes no sean sirios.
El jefe de la ONU ha expresado su "gran preocupación" por estos hechos y ha recordado que "hacer perfiles de los solicitantes de asilo en base a su supuesta nacionalidad infringe el derecho humano de cualquier persona a solicitar asilo, independientemente de su nacionalidad".
También ha respondido a la intención de países como Alemania de empezar a deportar a quienes no ostenten las llamadas nacionalidades sensibles, subrayando que "las expulsiones colectivas están estrictamente prohibidas por el Derecho Internacional".
Así, ha llamado "a todos los países de la región a responder efectivamente a los crecientes desafíos humanitarios para garantizar que sus políticas de asilo están en línea con el Derecho Humanitario", y a "acelerar la aplicación de los programas de reubicación de refugiados".
"Todos los estados de la región deben responder con compasión, solidaridad y responsabilidad compartida", ha dicho. "La actual situación evidencia la urgente necesidad de coordinar la gestión de las fronteras", ha incidido.