Según ha explicado la organización, muchos desplazados viven en edificios públicos desocupados, mezquitas que las autoridades locales han dejado como refugios, o en comunidades de acogida. La mayoría de las familias que se trasladaron a la zona, han subrayado, se han gastado sus pocos ahorros en el transporte para llegar hasta la zona.
Los refugiados han empezado recientemente a huir hacia el sur ante la saturación que se vive en los campos de refugiados del norte del país, que albergan cerca del 50 por ciento de las familias iraquíes desplazadas.
"A pesar de los peligros y desafíos planteados en el acceso a esta zona, el PAM ha estado presente en Irak desde el inicio de la crisis del país en 2014", ha recordado la representante y director nacional de la oficina del PAM en Irak. Jane Pearce. "Agradecemos a los gobiernos locales de Najaf, Kerbala y Babel su continua cooperación para aliviar el sufrimiento de los iraquíes desplazados y ayudarnos a proporcionarles comida", ha añadido.
"Me mudé a Kerbala porque necesito refugio para mis hijos. No hay trabajo, no hay escuelas ni futuro", ha dicho una refugiada. "Nosotros recibimos las raciones de alimentos del PAM todos los meses. Sin esta ayuda estaría pidiendo comida", ha agradecido.
El PAM proporciona ayuda alimentaria en forma de paquetes mensuales que contienen suministros básicos como harina de trigo, aceite, arroz y pasta. "En agosto de 2014, el PAM estableció una oficina en Basora dedicada a apoyar a los iraquíes desplazados en las provincias del sur", ha dicho el coordinador de operaciones del PAM, Asif Niazi. "La oficina está explorando diferentes formas de ampliar la asistencia a las familias desplazadas", ha añadido.
En total, la organización proporciona asistencia alimentaria a 18 provincias de Irak, alcanzando a un total de 1,4 millones de iraquíes desplazados desde 2014.