Las principales promesas hechas por Obama

REBECA SAN CRISTÓBAL OREA 17/01/2009 00:00

Quizá los dos principales retos estén centrados en la , a sabiendas de cómo ha dejado ambos sectores su predecesor, George W. Bush.

Política internacional

De un lado, la , iniciada en 2003 con la excusa de que existían armas de destrucción masiva, aún colea y ha dejado a la mayor potencia mundial en entredicho a nivel internacional, por no hablar de las 6.000 personas asesinadas en el país asiático.

Tratando de salir de ese atolladero, Obama ha prometido poner fin a esta guerra en 16 meses, retirando del país una brigada de combate al mes. Aunque, si tras un inicio de la retirada, la violencia se recrudece, se puede ver obligado a suspender este plan.

De otro, la le puede traer más quebraderos de cabeza de los esperados. Obama ha insistido mucho en la importancia estratégica de este escenario, por lo que confía en que una escalada militar acabe con los talibanes. Pero la orografía del país y el recelo del resto de países a seguir enviado más tropas, puede complicar la situación. política exterior y política exterioreconómica guerra de Irak guerra en Afganistán

Fuera de estas guerras hay otro foco a tener en cuenta. En Irán, si los mullahs (comunidades musulmanas) deciden no renunciar al enriquecimiento de uranio, las sanciones se endurecerán y a largo plazo deberá decidir si lleva a cabo un ataque contra sus centrales nucleares o permite que se convierta en una potencia nuclear.

Política económica

Uno de los mayores desafíos para el nuevo presidente será, sin duda, hacer frente a la crisis económica en la que se encuentra sumido el país.

Este punto podría llevar a Obama a incumplir alguna de sus promesas como la del aumento del gasto público (que rondaría el billón de dólares) y la inversión en el ámbito de las nuevas tecnologías, con un presupuesto de 15.000 millones de dólares al año.

¿El fin de Guantánamo?

Según dos asesores de Obama, una de las primeras órdenes de Obama al llegar a la Casa Blanca podría ser la de cerrar la cárcel para sospechosos de terrorismo de Guantánamo.

Ya que los Estados Unidos no poseen pruebas para incriminar a la mayoría de los detenidos, tendría que ponerlos en libertad en los próximos meses.