Las autoridades detuvieron a 270 personas por su supuesta responsabilidad en la violencia que se desató en torno a la mina, en el marco de una huelga que ha costado la vida de 44 personas. La mayoría de las víctimas perdieron la vida en los sucesos del 16 de agosto, cuando la Policía disparó a discreción contra un grupo de trabajadores.
La fiscalía acusó inicialmente de asesinato a los mineros arrestados, en base a una ley del apartheid que permite imputar a los participantes de una protesta por la violencia que se genere en ella. El malestar social llevó a las autoridades a retirar los cargos, lo que se ha traducido en dos tandas de liberaciones.
El primero grupo, de 162 mineros, quedó en libertad el lunes, mientras que otros 106 se han beneficiado este jueves de la misma decisión judicial, según informa la radiotelevisión pública británica BBC. Dos de los detenidos permanecen todavía bajo tratamiento médico en el hospital.
La compañía británica Lonmin, propietaria del yacimiento de platino, ha firmado un acuerdo de paz con algunos de los sindicatos para intentar poner fin a las movilizaciones, convocadas para solicitar una mejora salarial.
Sin embargo, la Asociación de Trabajadores de la Minería y la Construcción (AMCU), una de las más activas en las protestas, no ha estampado su rúbrica. El sindicato ha insistido en que seguirá con la huelga hasta que se cumplan sus demandas.
El acuerdo firmado plantea la vuelta al trabajo de los mineros para el próximo lunes, lo que significaría el fin de un paro que comenzó el pasado 10 de agosto.