No obstante, según autoridades locales y asociaciones que trabajan con los migrantes, unas 400 personas se han "volatilizado" y no se sabe nada de ellas, según ha informado el diario 'Le Monde'.
El ministro del Interior de Francia, Matthias Fekl, ya advirtió esta semana de que el campamento no será reubicado de ningún modo después del incendio.
Fekl, que se trasladó hasta el campamento de refugiados, muy cerca de la frontera con Bélgica, acompañado de la ministra de Vivienda, Emmanuelle Cosse, afirmó con rotundidad que el Gobierno galo no quiere que se vuelva a levantar el campamento. "No habrá campamento de La Linière, ni de esta ni de ninguna otra forma", señaló, según declaraciones recogidas por el diario 'La Voix du Nord'.
"Se hará todo lo posible para evitar la instalación de campamentos salvajes", apuntó. Al menos diez personas resultaron heridas en el incendio, que tuvo lugar a última hora del lunes.
Según el prefecto del departamento del Norte, Michel Lalande, el incendio tuvo unas dimensiones tales que "sólo quedarán cenizas" del campamento. Horas antes, el campamento fue escenario de una pelea entre refugiados, tras la cual cinco personas resultaron heridas, según el diario local 'Le Journal des Flandres'.