Rohani, que en su discurso de investidura prometió "moderación" y marcó distancias con su predecesor, Mahmud Ahmadineyad, ha subrayado que tiene plena autoridad para decidir cuál es la política del país en las negociaciones con la comunidad internacional en materia nuclear.
Países como Estados Unidos o Israel sospechan que Irán oculta un plan armamentístico tras su industria nuclear, mientras que la República Islámica insiste en que sólo ha mejorado su programa atómico para incrementar el suministro de energía.
El nuevo presidente iraní se dirigirá el próximo martes a la Asamblea General de la ONU, en la que otros años Ahmadineyad provocó la espantada de delegaciones occidentales con sus agresivos discursos.