Según las informaciones facilitadas por la agencia estatal turca de noticias, Anatolia, los agentes lanzaron la operación para intentar detener a un hombre que supuestamente planificaba un atentado suicida.
El sospechoso, que no accedió a entregarse a las autoridades, murió en un tiroteo con la Policía. Las fuerzas de seguridad se han incautado explosivos tras lograr entrar en su vivienda.
La operación ha tenido lugar apenas dos días después de que el gobernador de Ankara anunciara la prohibición de los actos públicos y manifestaciones hasta el 30 de noviembre, argumentando que existen informaciones sobre posibles atentados en la ciudad.
La capital ha sido escenario de varios atentados en el último año, el más sangriento de los cuales tuvo lugar en octubre de 2015, cuando más de cien personas murieron en un atentado suicida de Estado Islámico antes del inicio de una manifestación.
Asimismo, más de 65 personas murieron en dos atentados perpetrados en febrero y en marzo por la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerada por Turquía como un grupo terrorista.