Los últimos comunistas retan al mundo

PILAR BERNAL 25/05/2009 18:29

Han burlado la legalidad, ignorando las resoluciones del consejo de seguridad de la ONU, especialmente la que condenó el primer ensayo nuclear norcoreano en 2006. Sin embargo no han violado los grandes tratados internacionales sobre el tema del armamento nuclear, sencillamente porque no los reconocen. El tratado de No Proliferación Nuclear (NTP), de 1968, fue suscrito por la gran mayoría de los estados del mundo pero en 2002 Corea del Norte se convirtió en el primer país que se retiraba del tratado; tampoco Israel, India y Pakistán lo han suscrito. El acuerdo, auspiciado por Estados Unidos y la Unión Soviética en plena Guerra Fría, distinguía entre un mini club de países con el arma nuclear (EEUU, Rusia, China, Francia y Reino Unido) y un gran grupo de países (188) que renunciaron a tenerla. El tercer grupo lo conforman aquellos estados que tienen armas nucleares, como Israel, India y Pakistán pero ante los que se hace la vista gorda; no se les sanciona. Corea del Norte sería pues el país peor posicionado del mundo en este ámbito, no tiene derecho a tener las armas, y al no ser un aliado de occidente se le hostiga por no adherirse al derecho vigente. Además tampoco reconocen al Tratado para la Prohibición Total de Pruebas Nucleares. De modo que queda fuera del sistema y tiene la capacidad de poner en jaque periódicamente al mundo entero.

El último régimen, cien por cien comunista, del planeta resiste tal cual con sus 23 millones de habitantes, sometidos a un control férreo, el mismo que aplican a sus investigaciones nucleares salvaguardadas del control de las autoridades internacionales, expulsadas varias veces de Pyongyang. El nuevo órdago norcoreano responde pues a distintas razones pero quizá influye el hecho de que la nueva administración estadounidense de Obama no ha puesto a la península coreana en la parte alta de sus preocupaciones del Extremo Oriente. Además desde que hace un año en Corea del Sur llegase al poder el conservador Lee Myung-bak, se endureció la política hacia los hermanos del norte, y las conversaciones a seis bandas, auspiciadas por la ONU, se anclaron definitivamente. Con los duros la mano dura no funciona.

Los altos próceres norcoreanos, con Kim Jong Il al frente pese a las dudas que rodean su estado de salud, se consideran a sí mismos el último bastión del comunismo auténtico y por tanto actúan con la prepotencia propia de quien cree que no tiene que dar explicaciones a nadie. Pero la prepotencia norcoreana es precisamente "pre-potencia" porque quieren ser potencia nuclear sin ser si quiera potencia económica, su población sufre el hambre y la represión. Confunden soberanía nacional, independencia y autonomía con la irresponsabilidad característica de quien sigue atado a unos principios que no encajan en un mundo globalizado. Un país del siglo XX en el siglo XXI que tiene el honor de ser la única dinastía comunista del planeta desde que el actual presidente Kim Jong Il sucedió a su padre Kim Il Sung. Un país, además, en guerra técnica con el Sur, donde EEUU tiene desplegados 29.000 efectivos. El presidente estadounidense, Barack Obama, ha advertido de que "el desafío al Consejo de Seguridad de la ONU" significa que Corea del Norte "se está enfrentando directa y temerariamente a la comunidad internacional" una vez más el pequeño país, milimétricamente entrenado como un ejército, desafía al mundo.