Valls asistió el pasado sábado en Berlín al encuentro entre el F.C Barcelona y la Juventus de Turín. Su imagen en las gradas ha generado críticas por parte de la oposición, que le reprochan un uso interesado del avión oficial y un gasto innecesario de unos 14.000 euros.
El presidente de Francia, François Hollande, argumentó que Valls acudió a Berlín no para presenciar el partido, sino para reunirse con representantes de la UEFA y ultimar la organización de la Eurocopa del próximo año.
El jefe del Gobierno ha intentado suavizar desde la isla de Reunión las críticas anunciando la devolución de 2.500 euros a las arcas públicas, el dinero que correspondería al viaje de sus dos hijos. Valls ha insistido en que se trató de un "desplazamiento oficial", si bien ha querido ser "sensible a la reacción de los franceses".
"No puede haber el menor atisbo de duda", ha añadido el primer ministro, según el periódico 'Le Figaro'. Valls, que ha abogado por pasar página de la "polémica", ha reconocido que si volviese atrás no tomaría las mismas decisiones en relación a este controvertido viaje.