El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, han asegurado este jueves que los ajustes y reformas que están llevando a cabo los países en crisis, como España, empiezan a dar resultados en forma de un incremento de la competitividad.
"Hay un aumento de la confianza en el futuro de la eurozona", ha dicho Van Rompuy en una jornada sobre el futuro de la UE. A su juicio, las rebajas de la prima de riesgo durante las últimas semanas en España, Italia, Bélgica o Francia "son señales muy claras de que vamos en la buena dirección".
"Los resultados están empezando a verse: sólo hay que mirar el aumento de la competitividad y el rendimiento en materia de exportaciones en España, Portugal e Irlanda", ha resaltado el presidente del Consejo Europeo.
"Tengo mucha confianza en la economía española. Puede ser y es muy competitiva en muchos sectores", ha señalado por su parte Barroso.
A juicio de Van Rompuy, empieza a producirse una "clara convergencia" entre los Estados miembros "en materia de déficits públicos, inflación, déficit por cuenta corriente y competitividad". "Es cierto que hay divergencias en las cifras de crecimiento y empleo, pero podemos superarlas en una segunda fase", ha agregado.
Van Rompuy ha pedido a todos los Estados miembros que prosigan con las reformas y "demuestren con medidas y resultados que están determinados a mantenerse entre los más competitivos del mundo, preservando a la vez la cohesión social".
Además, ha reclamado a los Gobiernos que hagan un "sprint" para aprobar la unión bancaria, porque a su juicio sólo así "se superará la sequía de crédito que ha golpeado a sur de Europa". Alemania, Holanda y Finlandia cuestionan que el supervisor único y la recapitalización directa vayan a estar operativos el 1 de enero de 2013, tal y como prometieron en junio los líderes europeos.
El presidente del Consejo Europeo ha adelantado también las propuestas que presentará la semana que viene a la cumbre de líderes europeos para fortalecer la integración en la eurozona. En primer lugar, un presupuesto específico para los países que comparten la moneda única, cuya función sería asistir a los Estados miembros en dificultades mientras hacen las reformas.
En segundo lugar, obligar a todos los Estados miembros a firmar un contrato con la UE que recoja las reformas a que se comprometen.