Noche de patrulla

GABRIEL CRUZ 16/02/2009 16:30

La comisaría de Ciudad Lineal de Madrid es una de las que tiene una población más diferente de la capital, desde barrios acomodados como Arturo Soria hasta otros de clase media baja. A sus policías se les exige saber tratar tanto con unos como con otros.

Quizá por esa calidad humana, se la considera una de las Comisarías más eficaces de la capital y por extensión de España. Salimos con dos de sus funcionarios, Carlos y Pedro. Se cumplen las expectativas.

Las ocho horas de su turno se pasan volando. Rápidamente los funcionarios de Madrid se sientan al volante de un K, un coche camuflado de la policía. Los mensajes a su radio no dejan de llegar: desde un individuo herido en una gasolinera, hasta una pelea por una chica en mitad de la calle.

Quizá lo peor, es la cantidad de papeleo que se tiene que hacer por cada mínima intervención y que hace que agentes de esa calidad que podrían estar en la calle tengan que estar haciendo interminables informes.

Entre sus labores está la identificación de personas. Quizá es de los trabajos más desagradecidos, con peor prensa, y también las menos comprendidas por los ciudadanos. A nadie le gusta que le paren en la calle y le soliciten que muestre su DNI, sin embargo gracias a labores como esta algunos delincuentes son finalmente capturados.

El tan manido olfato policial, en el caso de los de Pedro y Carlos, funcionó. Dos jóvenes beben en un parque, en una vía pública. De momento, ya están cometiendo una infracción administrativa. Los policías se dirigen a filiarlos y ¡bingo! Los dos tienen antecedentes y lo que es peor: uno de ellos está en busca y captura y tiene una orden de expulsión pendiente. Una vez detenido, el trabajo empieza para los jueces. Por lo que respecta a los policías, han convertido a Madrid en una de las ciudades más seguras de Europa, por delante de París, Londres o Roma.