El novillero Antonio Hernández, ayer muy grave, hoy camina y está sin fiebre

EFE 11/03/2009 09:18

"Es la técnica que prefiero aplicar en casos así. Y todavía tengo que decir que, aún con la fuerte hemorragia que tuvo en el ruedo, no le hicimos ninguna transfusión de sangre", ha explicado a EFE el doctor Cristóbal Zaragoza, que le intervino en la plaza y ahora sigue pendiente de su curso en el Hospital General Universitario.

"Porque desde que llegó el herido a la enfermería, donde ya estábamos todo el equipo preparados para intervenir a partir de haber observado cómo se produjo el percance, la situación en el quirófano estuvo controlada en todo momento. Y no soy partidario de las transfusiones, salvo casos muy excepcionales, por los problemas que ocasionalmente pueden conllevar", ha explicado el doctor Zaragoza.

De tal forma el médico optó por "aumentar la densidad de la sangre aplicándole goteros, y ya sin transfusión evitábamos el riesgo de trombos".

La recomendación de ponerlo de pie cuando todavía no se han cumplido veinticuatro horas del percance, tiene que ver con la forma de encarar médicamente el proceso: "prefiero que se pueda producir una posible pérdida de sangre antes que pasar por el riesgo de una trombosis", insistió el facultativo.

El herido, por su parte, ha manifestado a EFE: "lo malo ya parece que ha pasado. Físicamente me encuentro más recuperado de lo que en principio se calculaba. Aunque lo peor ha sido no poder torear, pues me había preparado para un triunfo grande, y el novillo no me ha dejado".

Antonio Hernández, volteado con el capote de salida, y herido en el primer cite con la muleta, se lamentaba de no haber podido dar "ni un capotazo, ni un pase con la muleta. Creo que me merecía la oportunidad de poder intentarlo. Pero confío que la empresa me tendrá en cuenta para otra ocasión".

El novillero, según el parte médico, sufrió "una cornada de 25 centímetros en cara antero-interna del tercio medio del muslo derecho con hemorragia activa profusa venosa, y tres trayectorias: una en dirección ascendente que llega hasta el ligamento inguinal; otra transversa que alcanza el paquete vascular-femoral profundo; y una tercera descendente que llega hasta el conducto de Hunter, afectando a los músculos sartorio y abductor mediano con existencia de laceración de las venas perforantes de la femoral profunda".

Además, indica el parte, el novillero recibió una segunda "cornada de más de tres centímetros y otra de medio. Pronóstico muy grave".