"Como vimos tras el 11-S, la fuerza de América siempre ha residido en el carácter y la compasión de nuestra gente", declaró Obama durante su habitual discurso semanal. "Convoquemos ese espíritu una vez más y demostremos que la aparición de un propósito común en América no tiene por qué depender de un mommento aislado, sino que puede ser una virtud imperecedera", exhortó.
Obama relacionó este propósito de unidad con los numerosos desafíos a los que se enfrenta el país, "que se recupera de la peor crisis económica de nuestras vidas".
De puertas el exterior, el presidente recordó que Estados Unidos "lucha contra Al Qaeda, se dispone a terminar la guerra de Irak y estamos comenzando a traer a nuestras tropas desde Afganistán". "Y, en casa, trabajamos para reconstruir los cimentos de nuestra fuerza como nación", aseguró Obama.
El presidente ejercerá de anfitrión en las principales ceremonias de conemoración que tendrán lugar en todo el país. "Recordaremos las vidas inocentes que se perdieron, permaneceremos con sus familias y honraremos a los primeros que acudieron a los lugares de los atentados y salvaron a tanta gente. Rendiremos tributo a nuestras tropas y a sus familias, y a quienes han servido en el Ejército durante los últimos diez años, para mantenernos a salvo", agregó.