Los delfines tienen una peculiar manera de cazar pulpos para alimentarse. Aunque lo cierto, es que si no llevan a cabo esta práctica pueden llegar a morir.
Fueron varios los delfines que aparecieron muertos tras comer pulpos. Uno de ellos tenía un tentáculo asomando por su boca, al parecer el delfín había intentado tragárselo pero algo se lo impidió.
Lo cierto es que aunque estén ya muertos, los pulpos se siguen defendiendo mediante el envío de impulsos nerviosos que son mandados a sus tentáculos para que intenten escapar. Es por esto que los delfines tienen que golpear salvajemente a los pulpos antes de poder comérselos.
Un estudio publicado en 'Marine Mammal Science' ha explicado esta perturbadora técnica. Hay dos métodos. Uno consiste en agitar al pulpo contra la superficie del agua y, el otro, se trata de lanzar el pulpo para que se golpee contra el agua durante 15 veces.
Según los expertos, esto lo hacen para separar la cabeza del cuerpo del pulpo, ablandarlo y así evitar así su posible asfixia.