¿Sabían que se puede alquilar el botafumeiro?

INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS 30/03/2009 08:16

"Unos lo piden conscientes de que se trata de una ofrenda al Apóstol, otros lo piden porque quieren verlo", aseguran fuentes de la Oficina del Peregrino. Incluso los donantes pueden beneficiarse de un sitio preferente en los bancos de la catedral para contemplar más de cerca el balanceo del botafumeiro.

Habitualmente, se utiliza el de metal revestido de plata, de más de un metro de altura, con un peso superior a cuarenta kilos y más manejable que el de plata auténtica, que conserva el museo y que fue regalado por un grupo de alférez en tiempos de Franco.

Ocho "tiraboleiros" son los encargados de provocar el vaivén del botafumeiro.

"La ofrenda consiste en contribuir al culto del Apóstol con el importe que está señalado y que lleva sin revisar cuatro años. En cualquier momento se revisará al alza porque los que tiran de él cobran, y esos van al alza todos los años", alegan fuentes de la catedral.

En los paquetes turísticos

Para poder disfrutar desde una perspectiva privilegiada de esta espectacular ofrenda es necesario un mínimo de dos peregrinos, o bien un grupo, una asociación, una convención o una parroquia, que han de reservar con dos días de antelación.

"No queremos que eso sea un mercantilismo porque hay gente que dice que, si lo piden dos grupos pagan los dos, pero no, o paga uno o se divide entre los dos", explicaron los encargados. Ya hay agencias de viajes y touroperadores que incluyen en su paquete esta ofrenda de culto al Apóstol, símbolo de la catedral compostelana.

Entre los turistas actualmente más proclives a realizar este donativo destacan la minoría de japoneses que son católicos, pues la ofrenda al Apóstol no puede ser financiada por personas de otras confesiones religiosas.

La contribución económica tiene desgravación fiscal por tratarse de una donación, de manera que al efectuar el pago la Iglesia le entrega un recibo, si lo piden.

Los meses con mayor demanda de botafumeiro son los comprendidos entre marzo y septiembre, coincidiendo con una mayor afluencia de peregrinos, y alcanzan un promedio de veinte sesiones mensuales.

Un origen higiénico

La tradición de perfumar la nave con incienso, para paliar los olores de sudores desprendidos por los cansados cuerpos de los peregrinos que dormitaban en la parte superior de la catedral, se remonta al siglo XV.

Recientemente ha adoptado un sentido "verdaderamente litúrgico" de glorificación divina que se suele contemplar al final de la misa del peregrino. LA