Laura Vega, la víctima 193 del 11M, “estuvo 10 años en coma” hasta que murió en 2014

Con el dolor todavía muy presente 20 años después, los homenajes a las víctimas del 11M no han dejado de sucederse durante todo este lunes. Desde los escenarios sacudidos por los atentados en Madrid hasta el resto de España, las muestras en recuerdo a las víctimas no han dejado de producirse. También desde las redes sociales, donde Covite, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo, las ha recordado una a una mostrando cada una de sus historias. En total,193 murieron por los atentados; la última fue Laura Vega, fallecida en 2014 tras pasar 10 años en coma.

Ha sido Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite, la que a través de una sucesión de publicaciones en su red social en ‘X’, --antes Twitter--, ha compartido sus nombres, sus perfiles y sus fotografías para subrayar que “en este aniversario es más importante que nunca recordar a todas y cada una de las víctimas”, dando gracias a todos los que precisamente están ayudando a hacerlo.

En el que fue el mayor atentado yihadista en suelo europeo, 193 personas fueron asesinadas, mientras “1.858” resultaron heridas, como destaca Ordóñez repasando el alcance de la tragedia, que marcaría para siempre la historia de España.

“La verdadera muerte llega con el olvido. No les dejemos”, reclama hoy Covite, sumándose a la voz de muchos testigos y supervivientes que se han unido en este 11 de marzo señalado también, tras lo ocurrido, como el ‘Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo’.

Entre las 193 víctimas mortales, la última fue Laura Vega, una joven que “estuvo 10 años en coma hasta que falleció en 2014”.

Según recoge Covite, aquel aciago 11 de marzo “se había levantado pronto para ir a trabajar”, iniciando así un camino que ineludiblemente pasaba por “subirse al tren de cercanías de Parla y llegar a Atocha”.

“Salió de su casa de una localidad del sur de Madrid y se dirigió, como todos los días, a trabajar su oficina. Se bajó del tren de cercanías y se dirigió a la estación. Faltaban veinte minutos todavía para llegar a su destino, pero nunca alcanzó el lugar en el que habitualmente desempeñaba su trabajo”.

Aquel jueves,  entre las 7:37 horas y las 7:39, diez bombas de un total de trece colocadas en cuatro trenes de Cercanías que circulaban por Madrid, estallaron cuando “los trenes se encontraban en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia, y frente a la calle Téllez”, recuerda Covite.

En total, murieron 191 personas, siendo el 3 de abril de 2004 cuando, en el curso de una operación de los GEO para entrar en un piso de Leganés donde se sospechaba que estaban los autores de los atentados, los terroristas se inmolaron en un “suicidio colectivo”. La onda de los veinte kilos de explosivos causó la muerte de uno de los miembros de los GEO; la víctima 192.

La última fue Laura, que murió una década después de los atentados tras “ingresar en el hospital Doce de Octubre de Madrid con un traumatismo craneoencefálico grave”.

“Una cirugía logró mantenerla con vida, pero a los padres pronto les dijeron que iba a resultar muy difícil que saliera del coma”, recuerda Covite, precisando que “estuvo en estado vegetativo durante los siguientes diez años, hasta que finalmente falleció en 2014”.

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