La Guardia Civil no está en su mejor momento y hay una clara escasez de efectivos. Por eso, está estudiando la posibilidad de recompensar a los agentes que renuncien a sus vacaciones de verano con 1.200 euros brutos. Aunque las cartas están encima de la mesa, la decisión aún no ha sido tomada.
Jucil y AUGC son dos de las asociaciones de guardias civiles que señalan que se trata de una propuesta que pretende ser un "proyecto piloto" consecuencia "de la falta de guardias alumnos en prácticas en unidades este verano". Si al final la propuesta sale adelante, las renuncias a las vacaciones de entre el 15 de junio y el 15 de septiembre son las fechas en las que esta compensación tendría lugar.
Ernesto Vilariño, secretario general de Jucil, ha señalado que esta es una medida extrema, que todavía no saben qué respuesta tendrá por parte de los guardias civiles. A pesar de todo, refleja la gravedad de la situación y el nivel de presión al que está sometidos en sus tareas diarias los guardias civiles. Mientras, la AUGC cree que la propuesta "es un nuevo reflejo de la caótica política de personal de la Dirección General de la Guardia Civil".
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