Una vez en comisaría, Rachid R., entregó las llaves de su casa a los mossos, asegurando que en el interior estaba su mujer, embarazada de seis meses.
En un primer momento, cuando los agentes llegaron al domicilio, la mujer, que no habla el castellano, explicó que estaba encerrada.
Sin embargo, en comisaría, y ya con un traductor, la mujer explicó que su marido cerraba con candado porque ella se lo pedía, ya que podía salir de la casa por una puerta en el patio, la misma versión que luego declaró ante el juez.