Chavales rebeldes, un banco lleno de estrellas y el imitador de Zapatero

INFORMATIVOS TELECINCO / AGENCIAS 04/12/2008 00:00

Sin duda ha sido el guardameta de la selección de fútbol, Iker Casillas, el gran triunfador, a juzgar por la ovación que ha recibido al subir a la tribuna para leer, en penúltimo lugar, la Disposición Transitoria Segunda de la Carta Magna.

Los gritos, los aplausos y hasta unos cuantos "íguapo, guapo!" al portero del Real Madrid han puesto el colofón a una mañana particularmente animada en el Palacio de las Cortes.

Por segundo año consecutivo, la Cámara ha convocado a escolares para conmemorar el aniversario de la Constitución, pero esta vez junto a sus mayores ídolos.

Como era de esperar, su presencia dentro y fuera del hemiciclo ha desatado pasiones, no sólo por los alumnos que querían autógrafos, fotos e incluso besos de sus admirados Casillas, David y José Manuel Muñoz (Estopa), Vega, Elena Furiase... sino también de los funcionarios del Congreso.

Pero antes de la irrupción de las celebridades, ya pasado el mediodía, han sido los estudiantes los verdaderos protagonistas, especialmente dos, los más rebeldes o atrevidos, según se mire, que han tenido la osadía de introducir sendas "morcillas" en sus lecturas.

Con chaqueta azul y corbata rosa, Javier Borderías Villalón, del colegio Asunción Cuestablanca de Madrid, ha subido a la tribuna para leer el artículo 28, donde se reconoce el derecho a la huelga.

Haciendo gala de un aplomo digno de un parlamentario, ha añadido mientras miraba unas notas: "Me da pena y verg³enza que los sindicatos no ejerzan este derecho en los tiempos que corren y que se dediquen a bailar el agua al señor presidente del Gobierno".

Se ha hecho un raro silencio, ha habido un amago de aplauso y la vicepresidenta del Congreso, Teresa Cunillera, que ocupaba la Presidencia, le ha quitado la palabra.

Aplomo que después ha vuelto a demostrar cuando los periodistas, ya finalizado el acto, le han buscado entre el tumulto de estudiantes que salían del salón de plenos y él les ha despachado con un "no voy a hacer declaraciones".

Luego, en vez de irse con sus compañeros, se ha marchado junto a dos personas que le han guiado por el interior del Palacio hasta abandonar el Congreso por la puerta de la calle Cedaceros.

Y otro, al llegar al artículo 50, Sergio García, del también madrileño colegio Los Sauces, ha dedicado sus párrafos, sobre la atención a los mayores, a los exiliados que, como su abuelo, tuvieron que abandonar España.

Este se ha llevado unos cuantos aplausos, como los cuatro portavoces de IU, PSOE, PP y UPN que igualmente han subido a la tribuna.

Ha seguido la lectura, a cargo de chicos y chicas más o menos nerviosos, muchos de ellos especialmente ataviados, pero siempre pendientes de la llegada de los famosos anunciada poco después por José Bono, ya en su puesto de la Presidencia.

En fila han ido entrando, y nada menos que hacia el banco azul del Gobierno, para regocijo de los jóvenes diputados.

El escaño de Zapatero, para el científico loco de "El Hormiguero", Flipi, quien luego se lo ha cedido a la cantante Vega.

Los invitados han ido subiendo a leer, intercalados con los estudiantes: el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez; el del Atlético, Enrique Cerezo; el bicampeón del Tour, Alberto Contador, las actrices Marina San José o Itziar Miranda, y muchos más. Ovación para todos, más entusiasta que la de los políticos.

Cada uno ha leído como ha podido. Los hermanos Muñoz, del grupo "Estopa", han comentado en el pasillo que les parecía "un poco raro" el lenguaje constitucional, y de hecho José Manuel casi no podía contener la risa allí arriba.

La actriz Elena Furiase se ha plantado un tanto despistada en el estrado, a tenor del "buenas noches" con el que ha saludado.

Pero el momento estelar se lo ha llevado el presentador de Muchachada Nui, Joaquín Reyes, porque por haber, ha habido de todo hoy, incluido el pitorreo.

Este actor ha relatado el fragmento constitucional que le ha tocado en suerte, sobre el proceso autonómico, moviendo las manos al modo que lo hace el presidente Rodríguez Zapatero, como si sostuviera un cajón invisible con ambas manos, así que risas ha habido, y muchas.

Pero también ha habido tiempo para la solemnidad, porque, minutos antes de que acabara la sesión, Bono ha comunicado al auditorio el fallecimiento de uno de los padres de la Constitución, Jordi Solé Tura, de forma que se ha interrumpido la sesión para guardar en su memoria un minuto de silencio.

El pleno ha finalizado casi a la hora de comer, cómo no, con foto de familia en el hemiciclo, avalanchas de chavales que querían a toda costa algún autógrafo, un pasillo atestado de adolescentes y Casillas, que también "escapó" por una puerta lateral.